¿Arquitectura virtual? Es la hora del metaverso y de la Inteligencia Artificial
Estrechamente vinculada a la innovación y a las tecnologías, la arquitectura empieza a traspasar el mundo “real” para adentrarse en territorios virtuales, inmersivos y expansivos, gracias al metaverso y a la inteligencia artificial.
¿Pero para qué sirven, exactamente?
El arquitecto Raul Escudero, docente del curso 'Metaverso e IA para arquitectos', nos da las claves.
Grandes despachos como el de Zaha Hadid Architects, BIG o MVRDV han abierto la veda y han señalado el camino a seguir sobre el potencial de la Inteligencia Artificial (IA) y el metaverso en la arquitectura.
Antes de meternos de lleno en ambas, debemos dejar los prejuicios en la puerta, ya que como ha sucedido previamente con cualquier innovación i/o tecnología, la incredulidad y el negacionismo inicial ejerce de nebulosa, cuando lo importante no es el árbol sino el bosque.
Raúl Escudero, arquitecto formado en IA y metaverso, docente, y director del curso Metaverso e Inteligencia Artificial para arquitectos de la escuela de verano, explica que formar a colegas en el uso de ambas sirve, además de para eliminar ciertos miedos existentes, para “conocer el lenguaje, los actores y dispositivos”, además de familiarizarse con “ejemplos de despachos y de empresas que están vinculando sus negocios a entornos inmersivos”, explica.
Un programa de IA podría reclamar parte de los derechos de un trabajo realizado con su software.
«Tu abuelo compraba un piso sobre plano, tu padre lo veía en 3D, y ahora tú te pones unas gafas y lo visitas en el metaverso»
El metaverso, una extensión de la realidad
También denominado Spatial Computing o entornos digitales inmersivos por una cuestión de marketing, ya que Apple, que lanzó sus gafas Apple Visino Pro al mercado de Estados Unidos en marzo, no quiere utilizar la palabra “metaverso” porque sus cuatro primeras letras aluden a su máximo rival, Meta, propietario de, entre otras, Facebook, Instagram y WhatsApp.
Rivalidades aparte, Escudero lo define como entornos digitales inmersivos diseñados en 3D. En ellos, se pueden reflejar y aparecer proyectos de arquitectos en 3D de modo permanente, donde la gente entra, visita, compra y realiza actividades de ocio.
“Son dos conceptos que pueden parecer antagónicos pero que van de la mano; en el metaverso pueden existir avatares hechos con inteligencia artificial, como el del dependiente de una tienda, por ejemplo”, señala.
Hablar del metaverso trae recuerdos de Second Life, un “protoverso” lanzado hace 20 años que se diferencia del metaverso porque el segundo no se apaga como el primero, la conexión de los usuarios es simultánea y se basa en una economía colaborativa que utiliza métodos de pago como el Blockchain.
“El metaverso es una realidad virtual en la que tú, a través de una pantalla y, sobre todo, a través de unas gafas mucho más inmersivas, entras en un entorno digital. La apuesta de Apple, sin embargo, es una realidad mixta.
En vez de VR, apuestan por la XR o Extended Reality, de tal modo que cuando te colocas las gafas ves tu entorno real y puedes interactuar con él. Pero la parte inmersiva te coloca objetos o realidades que aumentan, como por ejemplo, una cocina virtual. Lo podríamos llamar entornos expandidos”, apunta.
El metaverso es una realidad virtual en la que entras, principalmente, a través de unas gafas para tener una experiencia mucho más inmersiva.
Estas gafas se controlan a través de un pequeño mando que permite entrar en Internet, en una aplicación o en el ordenador del usuario. Así éste puede trabajar con varias pantallas digitales. A diferencia del render, el usuario puede interactuar en el metaverso, representado mediante un avatar. Esta característica es extremadamente útil para visualizar distintas opciones de un espacio o probar elementos como las luces, las puertas, etc.
Sobre la metodología del diseño, Escudero explica que existen muchos programas, como Unreal y Unity, que son similares a los que utilizan los arquitectos, como Blender o SketchUp. “La aparición de nuevos softwares posibilita que un arquitecto pueda perfectamente poner sus objetos en el metaverso y vender su arquitectura tras unas pocas sesiones de aprendizaje”, comparte.
¿Cuál es el grado de implementación del metaverso? “Metrovacesa y GILMAR ya venden pisos en el metaverso. Tu abuelo compraba un piso sobre plano, tu padre lo veía en 3D, y ahora tú te pones unas gafas y lo visitas en el metaverso”, relata el arquitecto.
Midjourney es el programa de uso masivo entre los arquitectos y facilita el aprendizaje de la máquina
Inteligencia Artificial, un copiloto que facilita el trabajo
De manera genérica, Escudero divide en tres las aplicaciones que puede desarrollar la IA:
- Personalización y reconocimiento: “reconoce y personaliza los hábitos de la persona en Internet, en las aplicaciones”.
- Guía y asistencia en el trabajo: “como Chat GPT, le haces preguntas y te responde”.
- Generación de contenido: “la encargada de crear y, por tanto, la más útil y específica para la arquitectura.”
De hecho existen ¡más de 30! IA de diseño y arquitectura y se especializan en, por ejemplo, concursos, viviendas, en programas como AutoCAD o SketchUp. Parte del trabajo de Raúl Escudero es ejercer como consultor de estudios, promotoras, consultoras o ingenieras, les ayuda a identificar cuál es la IA más idónea para cada caso de uso concreto.
Pero Escudero recomienda pausa en este mundo de la inmediatez. “Cuando se utilizan herramientas como la IA hay que ser reflexivos, selectivos, que intervenga la parte humana”, aconseja.
La IA y metaverso ya se postulan como dos herramientas de valor añadido para los arquitectos.
Escudero la define como “un copiloto” que también libera al arquitecto de tareas menos creativas como la elaboración de memorias, pliegos y otra documentación. También es una aliada en las fechas de entrega y, conjuntamente con las gafas de realidad inmersiva, permite ahorrar asistir in situ a la obra, ya que pueden indicarse los cambios a realizar haciendo una visita virtual.
Otro tema de actualidad es su regulación. La primera región del mundo en establecer un marco legal para la IA es la Unión Europea, con un texto ratificado por el Parlamento Europeo el pasado marzo.
Escudero señala varios puntos calientes sobre la IA, como la autoría del proyecto, ya que un programa de IA podría reclamar parte de los derechos de un trabajo realizado con su software, por ejemplo.
De entre todas las opciones que existen, Midjourney es el programa que Escudero ha elegido para compartir con el alumnado porque, al ser de uso masivo entre los arquitectos (lo utilizan más de un millón de personas de manera simultánea), facilita el aprendizaje de la máquina, tanto por elección de diseño como por descarte, retroalimentándose con el profesional.
La IA y metaverso ya se postulan como dos herramientas de valor añadido para los arquitectos, no como “rivales” al acecho de empleo. Como ha sucedido con tantas otras tecnologías, investigarlas y conocerlas permite abrir puertas. En este caso, virtuales e inmersivas.
Lucía Burbano
Una persona, todavía humana, de la redacción de Escola Sert