Autosostenibilidad energética para definir la arquitectura del futuro
La Escola Sert ha impartido un curso sobre arquitectura positiva para proporcionar a los profesionales criterios cuantitativos para controlar el balance energético de los edificios. Acompañamos a los estudiantes en una visita y captamos sus impresiones.
Eficiencia energética
La nueva arquitectura es cada vez más exigente y por eso es más importante que nunca conocer las tendencias que marcan la autosuficiencia energética, como la arquitectura positiva. Y sobre ello, precisamente, la arquitectura positiva, ha impartido recientemente un curso la Escola Sert, dirigido por Josep Bunyesc.
¿El objetivo? Saber realizar un balance energético y proponer mejoras para llegar al pico de la sostenibilidad, es decir, que sigan funcionando sin costes energéticos y económicos. Todo ello a través de la proporción de criterios cuantitativos para controlar el balance.
"Con la arquitectura positiva llegas a un nivel inmejorable energético del edificio"
“Con la arquitectura positiva llegas a un nivel inmejorable energético del edificio que permite que el edificio ya no sólo consuma energía, sino que la genere. Con esto su impacto es positivo: está aportando energía en lugar de consumirla. Si podemos ir tendiendo a que todos los edificios sean así, no habrá repercusión energética. El día que falte la energía, si los edificios están así pensados, podrán seguir funcionando sin un coste económico y energético”, afirma Bunyesc.
Los alumnos han disfrutado así de un curso presencial de 12 horas para conocer en profundidad las características de la arquitectura positiva y su aplicación.
Un curso que nació con la voluntad de alcanzar tres objetivos: proporcionar criterios cuantitativos para controlar el balance energético y entender las formas de aportar energía solar para lograr la autosuficiencia energética. Y siempre combinando una parte teórica con una práctica para ofrecer la visión más completa y las mejores herramientas posibles para aplicar la arquitectura positiva.
Todo ello en un programa de tres días que abarcaba los criterios físicos de los edificios para realizar un balance energético, su aplicación a la rehabilitación energética y la visita a Can Portabella de Sant Andreu, en Barcelona.
La práctica por encima de la teoría
Uno de los principales retos del curso de arquitectura positiva es enviar el mensaje a los alumnos, es decir, transmitir que la autosostenibilidad energética es posible. Por este motivo, Josep Bunyesc tiene muy claros cuáles son los objetivos: “Tener integrado este conocimiento, para que a la hora de proyectar puedas aplicar desde el primer momento estos criterios y después poder mejorarlo con sistemas más precisos, pero que la base esté ya en el diseño de entrada”.
Para ayudar a integrar naturalmente estos conocimientos, el curso de arquitectura positiva va más allá de los conocimientos teóricos para profundizar. "Hay una parte práctica, de pequeños cálculos sencillos que permite cuantificar los temas energéticos. Hacen aportaciones de pérdidas y poderlo cuantificar permite tener una visión más precisa de lo que está pasando", explica Bunyesc sobre las clases.
Al mismo tiempo, los alumnos valoran muy positivamente que se hable sobre casos reales, como explica Pau Ramon, alumno y delegado del curso.
“Josep Bunyesc genera la capacidad de ver y convencer a los alumnos arquitectos de que se puede trabajar de otra manera"
Tal y como desarrolla Pau, la experiencia del director del curso es un aspecto clave: “Genera la capacidad de ver y convencer de que se puede trabajar de otra manera. Que los edificios realmente los estamos haciendo mal, o se nos está llevando a una forma de trabajar aplicando materiales muy complejos y soluciones demasiado técnicas que, al final, pensando mejor la posición del edificio y la elección de materiales… 'Pues quizá nos hemos pasado, es necesario frenar, repensar un poco'. El curso está muy bien para tener estos ejemplos y basarte en toda la experiencia de Josep”, explica.
Esta primera edición del curso Arquitectura positiva incluyó una visita al equipamiento Can Portabella (Ajuntament de Barcelona)
“Bunyesc es un pionero, de los primeros que se han atrevido a poner muchas menos instalaciones en los edificios, a que consuman muy poco. Es ver que otra forma de edificar es posible y no estás solo”, afirma el alumno del curso.
El consenso en el aula sobre la importancia de Josep Bunyesc es tan grande como la necesidad de aplicar una arquitectura positiva.
La parte práctica no sólo se reduce a cálculos, sino también a visitas presenciales. Ese fue el caso, con la visita a Can Portabella. Toda una experiencia que sirvió para reafirmar que la arquitectura positiva es el camino a seguir.
Arquitectura positiva en el día a día
Durante la visita a Can Portabella, los alumnos pudieron examinar el edificio tanto por fuera como por dentro. La atención era máxima, con fotos incluidas sobre las características del edificio. También pudieron escuchar a los testimonios del equipamiento, que explicaron la adaptación de la arquitectura positiva en su operativa diaria.
La visita era tanto interior como exterior, pero siempre contó con un factor común: que todo el mundo estaba muy atento a las palabras de Bunyesc, uno de los mayores expertos de la materia y uno de los motivos por los que los estudiantes están muy satisfechos con este curso de la Escola Sert.
“Ves cosas de las que habías oído hablar, pero él nos ha aportado cifras e imágenes de edificios. Hace que creas que las cosas se pueden hacer de otra forma”, añade Nil Campderrich, arquitecto especialista en renders y alumno del curso.
"Este curso de Arquitectura positiva hace que realmente creas que las cosas se pueden hacer de otra forma"
Un curso abierto a todo el mundo
La combinación de la importancia de la arquitectura positiva con el testimonio de Josep Bunyesc no sólo genera interés a técnicos del mundo de la arquitectura y la construcción, sino también a otros perfiles.
La Escola Sert está, de hecho, abierta a todo el mundo y facilita la accesibilidad a perfiles como el de Carles Menic, que no es arquitecto sino empresario de la hostelería: “Me pareció interesante el testimonio de Josep. He nacido en el Pirineo, hice algo de seguimiento de sus obras allí y también en la zona del litoral. Por la Costa Brava, que es donde estoy viviendo actualmente y tengo mis negocios. Mi objetivo es coger ideas para los futuros proyectos”.
"Me nutro mucho de la experiencia de los otros alumnos que sí son arquitectos y de todas las preguntas que se hacen durante el curso."
"Me nutro muy de la experiencia de los demás alumnos que sí que son arquitectos y de todas las preguntas que se hacen en el curso. Estando atento a todo lo que explica el profesor se me despiertan incluso las ganas de estudiar arquitectura", asegura Menic sobre el curso.
A pesar de no ser arquitecto de formación y venir de otro sector, el alumno valora muy positivamente tanto los conocimientos técnicos como ver ejemplos de los funcionamientos. Desde su perspectiva de hostelero, el objetivo es poder aplicar los niveles de eficiencia energéticos y económicos a sus negocios.
En resumen, para todos los alumnos que han participado en él, esta primera edición del curso de arquitectura positiva de la Escola Sert envía un mensaje muy claro: "La arquitectura positiva es necesaria y se debe continuar estudiando, se debe de llevar la arquitectura hacia este camino", asegura el alumno Pau Ramon, para quien "hoy en día, no estar interesado por eso es ser casi un alienígena. O no vives en este planeta o no entiendo que no estés interesado en aprender y aplicar una arquitectura que se autosostiene".
Joan Cebrián
Redacción Escola Sert
Comentarios
Subido por Pau de OVACEN (no verificado) el Lun, 04/03/2024 - 13:01
Me ha gustado mucho la frase de "convencer de que se puede trabajar de otra manera" totalmente en coherencia. Y desde luego, el mundo académico de las universidades deberían de tomar buena nota. Un saludo
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