Retos y tendencias de la arquitectura en 2022
Diez docentes de Escola Sert identifican los escenarios a los que los profesionales tendrán que enfrentarse este 2022 desde sus respectivas especialidades. Apuntan a la formación como la herramienta indispensable para vencer a las adversidades.
Hacia una arquitectura más saludable, habitable y energéticamente eficiente
Y casi sin darnos cuenta, concluyó 2021, año de reflexión sobre cómo la arquitectura puede contribuir a gestionar los no pocos retos sociales, medioambientales y económicos que probablemente continuarán y se acentuarán este 2022. Para hacerles frente, los expertos en arquitectura y urbanismo proponen una receta con varios ingredientes en común: formación, curiosidad y evolución. Parafraseando a Sócrates: “Solo existe un bien: el conocimiento. Solo hay un mal: la ignorancia”.
Un urbanismo transversal y más humano
Empecemos por la ciudad y las personas que la habitan y cómo la habitan. El espacio construido fue el escenario que más debates avivó durante el confinamiento, un contexto que ha supuesto un gran aprendizaje para urbanistas y arquitectos.
María Pía Fontana y Miguel Mayorga, que dirigen el curso Hacia el diseño de calles más habitables, creen necesaria una aproximación “más integrada a la arquitectura y al urbanismo” que “interactúe con otras áreas de conocimiento”.
El principal reto es promover “un enfoque proactivo y más amplio para la construcción de una arquitectura más urbana y colectiva, que interactúe con otras áreas de conocimiento”. (GettyImages)
"Es necesario que los arquitectos enriquezcan con nuevos aprendizajes los conocimientos ya adquiridos"
Señalan que el principal reto es promover “un enfoque proactivo y más amplio para la construcción de una arquitectura más urbana y colectiva”, así como “el desarrollo de métodos y herramientas para concretar esa visión en planes, programas y proyectos”.
La arquitectura debería plantear soluciones transversales y de naturaleza diversa entre la vida doméstica y la vida urbana. Para todo ello, hay que reconocer su espesor cultural como disciplina, valorar lo existente y sus relaciones, en lo físico, funcional, social o ambiental, así como en los proyectos y procesos en curso.
Mayorga-Fontana opinan que debemos ser conscientes del gran papel transformador de la arquitectura en la ciudad y en la vida urbana desde una óptica integradora, que sepa reconocer y valorar el punto del que partimos y hacia donde nos dirigimos.
Urbanismo al servicio de las personas
La ciudad no puede ni debe huir de factores globales como la emergencia climática, unas desigualdades sociales cada vez más acentuadas y la preocupación por la salud comunitaria.
Por eso, asegura Mònica Beguer, codirectora del curso Urbanismo al servicio de las personas. Salud, bienestar social y medio ambiente, es fundamental incorporar a la práctica del urbanismo “factores basados en la sostenibilidad y resiliencia urbana que incorporen la perspectiva de género que mejoren nuestro hábitat”, además de “herramientas que evalúen los impactos sociales”
Para hacerlo con éxito, Beguer cree necesario que los arquitectos enriquezcan con nuevos aprendizajes los conocimientos ya adquiridos. “Por ejemplo, de qué manera se incorpora la mirada de género al urbanismo, cómo planificar la participación ciudadana para integrarla adecuadamente en el proceso de redacción de los planes y proyectos, o aprender a trabajar de manera transdisciplinaria para que el urbanismo se beneficie de la experiencia de otros especialistas”, enumera.
El cliente ‘tradicional’ está cambiando. Los arquitectos se enfrentan a proyectos cuyo interlocutor no es un promotor, una administración o una gestora sino un colectivo como una cooperativa o una comunidad de propietarios. (GettyImages)
Nuevos interlocutores para los arquitectos
El cliente ‘tradicional’ también está cambiando. Los arquitectos se enfrentan con mayor frecuencia a proyectos cuyo interlocutor no es un promotor, una administración o una gestora, sino un colectivo como el que forman una cooperativa o una comunidad de propietarios.
“Seguramente uno de los mayores retos es saber incorporar las herramientas necesarias para trabajar con estas comunidades”, explica el arquitecto y sociólogo urbano Carles Baiges, ponente del ciclo de conferencias Modos de Habitar, organizadas por Escola Sert.
“No hace falta”, señala Baiges, “que los y las profesionales sean expertos en gestionar comunidades, ya hay profesionales encargados de esto, pero sí que deben adaptar su lenguaje, saber cuál es su rol, aprender a escuchar y a transmitir, especialmente sobre temas que pueden ser delicados o complejos, como la sostenibilidad o la economía de un proyecto”, expone el docente.
Los arquitectos se enfrentan cada vez con más frecuencia a nuevos perfiles de clientes como cooperativas o comunidades de propietarios
Rehabilitación energética y Fondos Next Generation: ahora sí
La definición de los diferentes programas de los Fondos Next Generation, mediante el Real decreto 853/2021, despeja varios interrogantes y aclara cómo debe ejecutarse la rehabilitación energética residencial. El objetivo principal es adecuar y mejorar el parque edificado desde la óptica de la eficiencia energética, sin olvidar otros aspectos esenciales como la accesibilidad, salubridad y seguridad.
“Un primer paso será abordar el contenido y tramitación del Libro del Edificio existente, que debería permitir realizar grandes paquetes de diagnosis orientada a plantear los escenarios y viabilidad de los proyectos. La certificación energética se convierte en una herramienta fundamental para acceder a los programas mencionados”, explica Ricardo Alarcón, director del curso Técnico y gestor de rehabilitación energética. Herramientas de aplicación RD 853/2021.
Para abordar los retos que esta ejecución implica, diversos agentes deberán prepararse, tal y como enumera Ramón Muñoz, profesor del posgrado en Rehabilitación: “Necesitamos una industria de la construcción con equipos y materiales disponibles y mano de obra preparada, ayuntamientos decididos a dignificar sus barrios, propietarios dispuestos a mejorar sus edificios y, probablemente, un poco de suerte… Los próximos años parecen inevitablemente marcados por la aplicación de los fondos Next Generation”.
Ambos docentes, Alarcón y Muñoz, afirman que crecerá la demanda de varios perfiles técnicos que lideren la evaluación y diagnóstico de los edificios existentes:
- Expertos en la redacción de proyectos de intervención de adecuación y mejora de edificios existentes que además tengan formación en BIM.
- Mediadores y facilitadores que posibiliten la adopción de acuerdos comunitarios y la prevención y resolución de conflictos.
- Expertos en intervenciones sobre edificios existentes que se incorporen en empresas constructoras, ingenierías, instituciones y administraciones.
“Las nuevas exigencias implican un cambio de modelo sobre cómo estamos habituados a trabajar y cómo se ha entendido la relación entre Arquitectura y Sostenibilidad hasta ahora”. (GettyImages)
Arquitectura y sostenibilidad: no hay vuelta atrás
La línea marcada por Europa enfatiza que la sostenibilidad es y será uno de los ejes que definirá a nuestra sociedad y, por tanto, un pilar de la arquitectura en 2022, que requiere de una formación más profunda.
“La experiencia en concursos, proyectos, obras y gestión denota una cierta carencia en el conocimiento y puesta en práctica, a varios niveles, de estrategias de sostenibilidad. Esto se traduce en una dificultad a la hora de dar una respuesta técnica solvente”, asegura Gerardo Wadel, codirector del posgrado en Sostenibilidad y arquitectura.
Para Albert Sagrera, que también dirige el posgrado en Sostenibilidad y arquitectura de Escola Sert, este escenario es también “una oportunidad” para sentar las bases que aborden la sostenibilidad no solo en el campo de la energía, sino también en otros vectores como los materiales, el agua y los residuos. “Unas exigencias que implican un cambio de modelo sobre cómo estamos habituados a trabajar y a entender la relación entre arquitectura y sostenibilidad hasta ahora”, afirma Sagrera.
Para conseguirlo, el doctor en arquitectura señala el camino de la formación como la mejor herramienta para “lograr los retos que la sociedad nos pone y a la vez para enriquecer el proceso de diseño”.
Wadel agrega que los arquitectos deben actualizar su visión conceptual, aspectos técnicos, gestión de los edificios y cambios normativos, ya que es “vital” que los profesionales se alineen con los retos globales, europeos y locales.
Superar los retos que plantea la sostenibilidad requiere una formación más profunda
Adaptar las zonas urbanizadas al cambio climático
En esta línea la cuestión de trasfondo es la adaptación a los efectos del cambio climático, “uno de los principales retos contemporáneos de la humanidad, especialmente delicado en las ciudades y zonas urbanizadas donde vive más del 55% de la población mundial”, apunta Miriam García, doctora en arquitectura, paisajista y técnica urbanista que dirige el curso Estrategias y herramientas de diseños litorales resilientes.
García señala “la necesidad” de integrar en la formación de los profesionales de arquitectura los conocimientos necesarios para comprender los procesos climáticos, así como “las estrategias de diseño” para disminuir la vulnerabilidad de nuestros territorios y ciudades.
"Uno de los principales retos contemporáneos de la humanidad, especialmente sensible en las ciudades y zonas urbanizadas donde vive más del 55% de la población mundial”. Foto aérea de Bosco Verticale, Bosque Vertical en Milán, distrito de Porta Nuova. (GettyImages)
Arquitectura y diseño para mejorar la salud de las personas
Por último, pero no por ello menos importante, la arquitectura en 2022 buscará mejorar su relación con la salud de los ciudadanos. El diseño de la edificación y la planificación urbana tienen una gran repercusión sobre la biología de las personas y determinan su salud física y emocional.
“Aparte de la situación evidente como consecuencia de la pandemia, las directivas europeas cada vez miran más por la calidad biótica de los espacios. Conocer y poder aplicar criterios de salud en la arquitectura es una herramienta muy potente y necesaria. Por lo tanto, conviene que los arquitectos sean conocedores de todas estas capacidades”, afirma Sònia Hernández, directora del posgrado Arquitectura y salud.
Espacios como hospitales, residencias para la tercera edad o centros de salud, a los que acudimos en situación de vulnerabilidad, ejemplifican la necesidad y el reto de ejecutar un diseño sensible y empático.
En otras palabras: la neuroarquitectura. Una especialidad basada en el trabajo multidisciplinar de médicos, psicólogos, filósofos, antropólogos y arquitectos que investigan simulaciones y espacios reales buscando pruebas científicas que demuestren cómo reacciona el cuerpo de los profesionales y los pacientes cuando se enfrentan a distintos procesos clínicos.
“El objetivo es crear espacios que minimicen los efectos negativos del entorno potenciando aquellos aspectos que aporten una percepción más beneficiosa para las personas. A este tipo de intervenciones también se las conoce (erróneamente) como humanización, aunque un espacio que deba humanizarse es, a efectos arquitectónicos, un espacio fallido”, reflexiona Ramon Torrents, director del curso Fundamentos en arquitectura hospitalaria.
Ya conocemos los retos que varias disciplinas arquitectónicas tendrán que abordar este 2022. No son pocos y, en muchos casos, requerirán de un amplio diálogo y consenso con actores no vinculados directamente con la arquitectura y el urbanismo.
Existe la voluntad, por parte de los profesionales y docentes, de emprender los cambios que la sociedad reclama y que el medio ambiente necesita.
Como dijo Frank Gehry, “la arquitectura debería hablar de su tiempo y lugar, pero anhelar la atemporalidad”.
Lucía Burbano
Redacción Sert