Este proyecto ganador de un Premio FAD ha utilizado nuevos materiales como bloques de tierra prefabricados, madera laminada y ligera, y tejas tradicionales. (Joan Guillamat).

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Territorio y urbanismo

Alfacs: estrategias vernáculas para un camping de premio

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El proyecto del camping Alfacs (Tarragona), ganador del Premio FAD 2024 en la categoría ‘Ciudad y Paisaje’, pone en valor la arquitectura autóctona. Este trabajo saca el máximo partido a la topografía existente y rinde tributo a un modelo vacacional muy mediterráneo.

El sector de la edificación está viviendo una auténtica revolución por la necesidad de proyectar y construir edificios reduciendo el consumo energético, favoreciendo la sostenibilidad y minimizando su huella ecológica. Una necesidad que coincide (e incentiva) la aparición de sistemas altamente industrializados de construcción en seco, conceptualmente muy diferentes a la construcción "húmeda" tradicional. Es lo que pretende mostrar el posgrado en nuevos sistemas constructivos de la Escola Sert: hasta qué punto la expresión arquitectónica depende de su concepción constructiva.

Todo está cambiando y se tiene que notar también en diversos proyectos que empiezan a ser reconocidos con premios prestigiosos. 

Es el caso del proyecto del camping de Alfacs, ganador del Premio FAD 2024 en la categoría Ciudad y Paisaje. El jurado destacó, entre otros aspectos, “una muy buena lectura del terreno”, “una estructura que facilita la accesibilidad y la interacción social”, y “el cuidado exquisito en el uso de la vegetación y los materiales de construcción que conectan el conjunto con el paisaje circundante”.

Hemos hablado con sus responsables para que nos expliquen el proyecto en detalle.

 

Un diseño a partir de elementos y sistemas constructivos autóctonos

Todo empezó a gestarse cuando la propiedad del camping Alfacs encargó en 2016 a los estudios de arquitectura Bajet GiraméJAAS desarrollar una visión estratégica y de futuro. 

  • Por un lado, se debía proporcionar al camping una identidad arquitectónica 
  • A su vez, había que reestructurar la superficie para sacarle un mayor rédito

“Al realizar este análisis, vimos que la ocupación de las parcelas ubicadas en primera línea de mar era del 100%. Sin embargo, en aquellas que se encontraban en segunda línea era del 50% y la tercera línea estaba vacía porque las vistas estaban completamente obstruidas. Por lo tanto, la mitad de la instalación estaba desaprovechada”, recuerda Pau Bajet, cofundador de Bajet Giramé.

Maqueta del camping de los Alfacs

Maqueta del proyecto final del camping Alfacs. (Bajet Giramé y JAAS)

La propiedad del camping mostró a los arquitectos su interés por modelos que recuperan el carácter vernáculo de la arquitectura.

Para darle la vuelta a esta distribución, los arquitectos diseñaron un contorno y un perímetro poroso. Así consiguieron eliminar el efecto barrera provocado por las parcelas ubicadas en primera línea. “En la parte trasera hemos colocado los bungalows, que tienen terrazas con porches y vistas al mar para evitar el efecto segunda y tercera línea y darle profundidad al camping”, agrega Manuel Julià, socio fundador de JAAS.

En lo referente al lenguaje, la propiedad mostró a los arquitectos su interés por modelos que recuperan el carácter vernáculo de la arquitectura. En esta selección, la familia propietaria del camping se había fijado en ejemplos que apostaban por un diseño configurado a partir de elementos y sistemas constructivos autóctonos.

“Aquí pudimos medir la filosofía e intenciones del cliente, al que acabamos de ubicar con referencias tan cercanas geográficamente como su masía familiar, ya que unas fotografías antiguas ejemplificaban estos valores que querían recuperar: un edificio de planta baja situado en un cambio de cota y entre dos campos de cultivo cercados por muros de piedra seca, cubiertas inclinadas, estucos de cal y pérgolas emparradas, elementos todos ellos que resumen muy bien todos estos valores”, señala Julià.

Urbanismo topográfico

Un abordaje tan amplio y complejo precisó dividir el proyecto en distintas fases y en proyectos ejecutivos parciales. Estos estuvieron formados por pequeñas intervenciones que debían ejecutarse, por una cuestión de sostenibilidad económica, durante los meses en los que el camping permanece cerrado. 

“No se trata de un proyecto totalmente unitario, como sería el de un edificio, sino que es más bien una especie de pequeña ciudad, con intervenciones independientes que, además, son muy diversas tipológica y estructuralmente”, lo define Bajet.

Boceto del proyecto

Uno de los bocetos del proyecto. (Bajet Giramé y JAAS)

Las primeras intervenciones empezaron entre 2019 y 2020. En ellas se reformaron las pistas de tenis, unos caminos para desaguar una zona de la urbanización, los pabellones con los baños, y la rehabilitación de un par de edificios existentes. Más tarde, en 2021, se iniciaron las obras de transformación de los edificios centrales del camping.

Ambos arquitectos explican que existen un estrato topográfico que contribuye a la ordenación. Este estrato también genera este ligero escalonado que permite mejorar la visibilidad. También ayuda a conformar una geología artificial sobre la cual se asientan todos los elementos del camping: los bungalows, las parcelas de acampadas o las de glamping.

“Esto lo conseguimos con el hormigón que, de alguna manera, reinterpreta los muros de piedra seca locales y que, en nuestro caso, nos sirven para cimentar los bungalows y aterrazar un terreno que tenía unas pendientes del 5%. Aprovechamos algunas terrazas existentes y arreglamos otras que estaban deterioradas. Estos muros, además, nos ayudan a ordenar el terreno”, comparte Bajet.

La apuesta principal en los pabellones o edificios principales fue por estructuras de pared de carga que combinan muros de tapia con elementos industrializados de altas prestaciones y cuya resistencia pudiera probarse, que fuera la base para construir el envoltorio, la estructura y el espacio y, al mismo tiempo, conferir inercia al conjunto.

En lo que se refiere a la manera tradicional de habitar las parcelas de los campings, los arquitectos destacan que son espacios destinados a la actividad exterior. Además, para que sean más disfrutables, los han reforzado con lugares de sombra, jardines y ambientes para el disfrute. Así no se renuncia a la calidad, al confort y a la relación con el entorno mediante cañizos y parras.

Tras las lluvias torrenciales sucedidas en septiembre de 2021 en Alcanar y Sant Carles de la Ràpita (Tarragona), el camping sufrió varios desperfectos por unas inundaciones. Los arquitectos explican que se realizaron adaptaciones parciales al proyecto. Por ejemplo, elevaron las cotas de referencia de los edificios y cambiaron la colocación de algunas puertas y accesos para protegerlos de la escorrentía.

“Algunas de estas intervenciones, como la incorporación de una plataforma que da la bienvenida al cliente, intentan dar la vuelta a estas modificaciones en positivo”, valora Bajet, que añade que el Ministerio ya está ejecutando una serie de obras para evitar que vuelva a suceder en el futuro.

Plano del proyecto

Plano de la planta del proyecto de Alfacs. (Bajet Giramé y JAAS)

 

Sistemas constructivos, madera y bloques de tierra

Julià explica que la apuesta principal en los pabellones o edificios principales fue por estructuras de pared de carga que combinan muros de tapia con elementos industrializados de altas prestaciones y cuya resistencia pudiera probarse y que fuera la base para construir el envoltorio, la estructura y el espacio y, al mismo tiempo, conferir inercia al conjunto.

“Históricamente, los muros de carga presentan un problema y es que al no haber una traba horizontal es necesario colocar un zuncho que los una. Aquí hemos introducido, a través del dintel de las ventanas y coronación de los edificios, estos zunchos que actúan como diafragmas y permiten repartir esfuerzos y, al mismo tiempo, realizar grandes aperturas, ya que los muros de tierra compactada no lo permiten”, apunta el arquitecto.

Las estructuras de cubierta son de madera laminada, en estructuras más pequeñas y repetidas en el interior y acabadas en el exterior con un aislamiento de SATE en las partes más elevadas acabadas en estucos contínuos monocapa. Las cubiertas están rematadas con teja tradicional y se potencia la ventilación natural. 

En el caso de los bungalows, se trata de un entramado de madera ligera que presentó varios retos. El primero, fue el de colocar todos los servicios y desagües en una morfología fragmentada. “Tuvimos que hacer los trazados y buscar todos los desagües sin generar cruces en las instalaciones, ya que la parcela era muy plana”, señala Julià.

La segunda es que la preconstrucción de los mismos se realizó en el polígono de la localidad de Constantí (Tarragona). Esta estuvo a cargo de un industrial especializado en bungalows, y el ensamblaje se realizó in situ, con lo cual había que cuadrar todos los cálculos.

Interior del camping de los Alfacs

Interior del camping. (Bajet Giramé i JAAS)

En cuanto a los materiales, a los bloques de tierra prefabricados de Fetdeterra se une uno local, la piedra de Sènia.

Bajet explica que existen dos tipos de edificios que utilizan bloques de tierra compactada: con y sin climatización, que generan dos tipologías constructivas distintas. 

Los primeros son el restaurante, el supermercado o la recepción, que también funcionan en invierno, y que cuentan con aislamiento y son estancos. Los segundos son pabellones como los destinados a los servicios, algunos originales y posteriormente intervenidos, y algunos que quedan por construir, que están abiertos y permanentemente ventilados.

“Los que están totalmente ventilados están construidos con estos bloques y de manera muy sencilla. En cambio, los que están climatizados tienen una doble hoja portante de 20 centímetros en el zócalo y una hoja exterior de 9 centímetros en un zócalo que da continuidad. Esto crea diversidad en el conjunto, ya que los hay más bajos, que parecen muros de tierra compactada, otros altos con unos acabados encalados con chimeneas y cubiertas inclinadas, otros de madera…”, enumera.

Materiales locales y soluciones ad hoc

En cuanto a los materiales, a los bloques de tierra prefabricados de Fetdeterra se une uno local, la piedra de Sènia. Su grava está en las jardineras, las zonas de drenaje y en la mezcla de hormigón, mientras que sus recortes se utilizan en los mosaicos del pavimento. 

“Uno de los recuerdos que tengo de las primeras visitas que hicimos al camping fue el de observar el efecto de la erosión natural del mar y del salitre en el muro de linde de costa. A ambos nos entusiasmó la idea de, además de emplear un material local, evocar esta arquitectura desgastada por el mar en los nuevos elementos de hormigón que íbamos a construir”, comparte Julià.

Así, hicieron varias pruebas para desencofrar los pilares en la etapa prematura del curado del hormigón y exponer el árido aplicando agua a presión para que imitara este efecto de desgaste .

Cala en el camping de los Alfacs

Cala del camping Alfacs. (Joan Guillamet)

“Con Pau y Maria Giramé, cofundadora de Bajet Giramé, también estuvimos ensayando pequeñas soluciones ad hoc, como que el muro de la piscina empleara hormigón ciclópeo, con grandes piedras de la Sènia que se iban colocando a medida que se armaba el muro”, explica.

Y sobre la piscina que bordea la playa, Bajet agrega que quisieron reconectarla con la topografía existente. Los responsables consideran que en el pasado pudo ser una cala natural. Así que la han llenado de arena, creando la percepción de encontrarnos en una cala mirando al mar desde un punto más elevado y resguardado por las rocas.

 

Un proyecto con vocación de continuidad

La voluntad del proyecto es el de vivir una “evolución constante”. Por eso, todavía faltan elementos definidos y detallados por ejecutar. Algunos con una fecha fijada, otros todavía no, y adaptándose, en la medida de lo posible, a la temporada de apertura del camping.

Bajet señala que la obra principal ya está concluida. Falta implementar un pabellón de servicios y un ámbito de urbanización. “Detrás del camping, existe otro conjunto de intervenciones más ligeras que iremos ejecutando poco a poco y de manera más silenciosa”, apunta. 

“Lo importante”, concluyen, “es que el paisaje 'de mientras tanto' ya da la impresión de estar terminado y que tiene la capacidad de absorber más transformaciones”.

 

 

Lucía Burbano
Una redactora, también de premio, de la Escola Sert

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