Instagram ha muerto: ¿para qué sirve una red de contenido hecho con IA?
Instagram es una herramienta clave en la estrategia de marketing digital de los profesionales de la arquitectura pero, ¿qué sentido tiene seguir usándola si los usuarios no saben si lo que ven es real y si la conversación se hace cada vez más entre 'bots'?
Los profesionales de la arquitectura tienen un doble rol con la IA: como creadores, con un uso ético y no solo estético, y como curadores de contenido, premiando y ayudando a difundir contenido “humano” de calidad
Seguimos cuentas de Instagram en las que confiamos, hasta que empiezan a mezclar imágenes reales con falsas. Interaccionamos con comentarios y reacciones… hasta que dudamos de si lo estamos haciendo con un bot. La confianza se quiebra y empieza a oler “a muerto”.
Qué bonito, qué espectacular… qué falso. A medida que las herramientas de IA se perfeccionan, empezamos a dudar de lo que ven nuestros ojos, a pesar de estar evolutivamente super entrenados.
Meta ha visto que necesitaba poner orden y ha implementado desde hace poco la posibilidad de etiquetar si un contenido está hecho con Inteligencia Artificial… pero se equivoca y a veces etiqueta como IA contenido real, para desesperación de fotógrafos y creadores.
La teoría del "Instagram muerto" advierte que las interacciones serán cada vez más entre IAs... y menos entre humanos (Escola Sert/IA)
Meta ha implementado desde hace poco la posibilidad de etiquetar si un contenido está hecho con Inteligencia Artificial… pero se equivoca y a veces etiqueta como IA contenido real, para desesperación de fotógrafos y creadores
La teoría de la “Internet muerta”
La llamada teoría de la "Internet muerta" afirma que la actividad y el contenido en Internet, incluidas las redes sociales, ya son creados y automatizados predominantemente por inteligencia artificial (IA). Estos agentes pueden generar rápidamente publicaciones junto con imágenes generadas por IA diseñadas para generar participación (clics, me gusta, comentarios) en Facebook, Instagram y TikTok.
La teoría sostiene que el contenido orgánico generado por humanos ha dado paso a una invasión de bots maliciosos y contenido creado artificialmente.
Esto ha llevado a la percepción de que "Internet ha muerto", ya que el contenido que consumimos ya no es propiedad de los humanos. Aunque la teoría suene conspirativa, los avances en IA generativa han llevado a algunos expertos a considerar que podría volverse realidad en poco tiempo.
Fenómenos surrealistas como las imágenes virales del "Jesús gamba" son señales tragicómicas de la proliferación de cuentas de redes sociales automatizadas con contenido sintético. Si alguna vez hubo una señal de que algo había llegado a su fin, sin duda se parecía mucho a estas imágenes…(IA)
La propia Meta incentiva que los influencers reales puedan crear avatares de IA de ellos mismos
Señales conspirativas del apocalipsis del contenido sintético
Algunas señales incluyen la proliferación de cuentas de redes sociales automatizadas y contenido sintético, como las surrealistas imágenes virales del "Jesús gamba". Si alguna vez hubo una señal de que algo había llegado a su fin, sin duda se parecía mucho a estas imágenes…
Y si Internet se ha muerto, también lo ha hecho Instagram, claro. Con esta panorama podemos establecer los siguientes puntos:
- Muchas de las cuentas, publicaciones, interacciones (likes, comentarios, etc.) en Instagram son creadas y automatizadas por bots e inteligencia artificial generativa, en lugar de personas reales.
- Esto ha llevado a la percepción de que Instagram ya no es un espacio dominado por contenido generado por humanos, sino que cada vez más está siendo invadido por contenido sintético creado por IA.
- Ejemplos como las imágenes virales y ultrafrikis del "Jesús gamba", generadas por IA que obtienen miles de interacciones, son vistos como señales de que el contenido real está siendo superado por lo artificial en Instagram.
- La teoría sugiere que Instagram, al igual que otras redes sociales, se está convirtiendo en un espacio donde las interacciones y el engagement son cada vez más generados por bots y agentes de IA, en lugar de usuarios humanos.
- La propia Meta, propietaria de Instagram, incentiva que los influencers reales puedan crear avatares de IA de ellos mismos, gracias a la herramienta “AI Studio”.
- Y la cosa se va a poner todavía más “rara” con el uso de la app Butterflies. Aunque la interfaz se parece a la de Instagram, la principal novedad de la aplicación es que, al registrarte, creas un personaje de inteligencia artificial, o mariposa (butterfly), que empieza a generar fotos y a interactuar con otras cuentas por sí sola.
No hay límite en el número de “mariposas” que puedes crear, y están diseñadas para coexistir con cuentas humanas que también pueden publicar en el feed y comentar. Un paso más en la dirección del Instagram muerto… o de un Instagram diferente, sin duda.
El peligro en Internet y en redes sociales es que haya cada vez más perfiles sintéticos entrenados para generar su propio contenido artificial y difundirlo, arrinconando el contenido humano generado por humanos (Escola Sert/IA).
Cómo reconocer las imágenes generadas por inteligencia artificial
Aunque las imágenes de IA son cada vez más realistas y ya pueden engañar al ojo humano entrenado, aún suelen tener detalles visuales sutilmente imperfectos o inconsistentes que las delatan como generadas por un algoritmo, en lugar de capturadas del mundo real. Estar atento a estas señales ayuda a identificar contenido creado con inteligencia artificial:
- Las imágenes generadas por IA a menudo presentan errores en la representación de reflejos y sombras, además de una iluminación poco realista
- Detalles poco naturales: las imágenes hechas con IA pueden mostrar superficies demasiado lisas o demasiado detalladas. No muestran imperfecciones o variaciones que sí se ven en imágenes reales. En personas, por ejemplo, los dientes suelen verse demasiado perfectos o uniformes.
- Distorsiones en manos y articulaciones: las manos, dedos y otras articulaciones a menudo se ven distorsionados o poco realistas en imágenes. Los dedos pueden verse demasiado largos o torcidos de forma extraña.
- Caída poco natural de la ropa: la forma en que la ropa cae sobre el cuerpo en imágenes generadas por IA suele verse poco realista o anatómicamente incorrecta.
- Calidad inconsistente: especialmente en videos, la calidad de la imagen puede variar bruscamente. Por ejemplo que la cara sea muy nítida pero el fondo borroso. Esto es común en filtros de redes sociales generados con IA.
- Errores y artefactos: aunque cada vez son menos frecuentes, las imágenes de IA aún pueden contener errores como partes borrosas, objetos distorsionados o inconsistencias en la iluminación y sombras.
- Falta de contexto realista: las imágenes generadas a menudo no tienen detalles contextuales realistas que se verían en una foto hecha por una persona, como polvo, reflejos, o imperfecciones en el fondo.
- En los videos, se puede observar cambios bruscos en la calidad: especialmente en la cara, por ejemplo que los ojos aparezcan muy nítidos pero otras zonas no.
Las imágenes con IA son cada vez más realistas y es más difícil detectarlas a simple vista. Por eso Meta trabaja desde hace poco en que en Instagram quede acotado y marcado qué contenido es IA y cuál no (FP/Escola Sert).
Meta acaba de cambiar la etiqueta de “Hecho con IA” a una más aséptica “AI Info”
Meta le mete mano a la IA, pero poco
Toda esa atención a los detalles ya no importará tanto porque cada vez las imágenes con IA serán más realistas, y además en Instagram quedará acotado y marcado qué contenido es IA y cuál no. De hecho, Meta acaba de cambiar la etiqueta de “Hecho con IA” a una más aséptica “AI Info”.
En principio, cuando el sistema de Meta detecta que se han utilizado herramientas de inteligencia artificial para crear una imagen, o cuando los usuarios indiquen que han utilizado herramientas de IA en la composición (si es que quieren hacerlo), la etiqueta incluirá una nota de "Información de IA" que, al tocarla, ofrecerá una descripción general de cómo se podría haber utilizado la IA en la creación de la imagen.
Desde Meta lo explican así:
"Hemos descubierto que nuestras etiquetas basadas en indicadores de IA estándar del sector no siempre coincidían con las expectativas de la gente y no siempre proporcionaban suficiente contexto. Por ejemplo, algunos contenidos que incluían modificaciones menores mediante IA, como herramientas de retoque, incluían indicadores estándar del sector que luego se etiquetaban como "Hecho con IA".
Mientras trabajamos con empresas de todo el sector para mejorar el proceso de modo que nuestro enfoque de etiquetado se ajuste mejor a nuestra intención, estamos actualizando la etiqueta ‘Hecho con IA’ por ‘Información sobre IA’ en todas nuestras aplicaciones, en las que los usuarios pueden hacer clic para obtener más información."
De momento, son tests y pruebas, muchas de ellas para enmendar los errores que están denunciado algunos creadores gráficos y fotógrafos, que veían su contenido etiquetado como IA a pesar de ser real.
Y todo ello después de hacer público que, encima, Meta quería usar todas tus fotos de tu perfil de Instagram, el histórico, para entrenar a su IA. Se pueden seguir una serie de pasos para oponerse a que Instagram use tus imágenes de esa forma.
No deja de ser curioso que Meta quiera usar material creativo humano para hacer más sofisticada a su IA, que por el desarrollo de funcionalidades y perfeccionamiento, acabará ayudando a crear contenidos de IA que nos engañarán definitivamente. De nuevo, el camino al Instagram muerto. O sintético.
Pero no solo Instagram o Facebook. En TikTok tienen la misma guerra y están probando también etiquetar los contenidos creados con IA.
Los primeros estudios de marketing sobre IA señalan que al consumidor le disgusta que las marcas usen y abusen de la IA (FP/Escola Sert).
La IA puede ser un riesgo (y una oportunidad) para el marketing digital de los profesionales de la arquitectura vía Instagram
¿Para qué sirve un Instagram “muerto” a un profesional de la arquitectura?
En el mundo de la arquitectura, donde la estética y la innovación han convertido a Instagram en la red de la arquitectura por antonomasia, la llegada de la inteligencia artificial (IA) ha sido tanto una bendición para darse a conocer, como ahora un riesgo en la credibilidad.
Si un usuario se encuentra desplazándose por feeds llenos de diseños de interiores impecables y estructuras arquitectónicas que desafían la gravedad, es posible que se pregunte: ¿esto es real o es obra de la IA?
De hecho, los primeros estudios sobre la percepción de los usuarios sobre el uso “comercial” de la IA ya señalan que el uso y abuso estará penalizado: al consumidor no le gusta un pelo que las marcas abracen la IA en sus comunicaciones.
No deja de ser curioso que Meta quiera usar material creativo humano para hacer más sofisticada a su IA y, por otro lado, está trabajando en etiquetar y diferenciar los contenidos generados por humanos de los generados por una IA (Escola Sert/IA).
La IA está transformando la forma en que los profesionales de la arquitectura visualizan y presentan los proyectos. Las imágenes generadas por IA, conocidas por su perfección visual, estilo único, y una creatividad que parece no tener límites, están cada vez más presentes en cuentas de diseño, decoración y arquitectura en Instagram.
Es un hecho. Los profesionales trabajan en renders cada vez más sofisticados y es normal que quieran enseñar su trabajo en Instagram.
Pero, ¿cómo afecta esto a los arquitectos?
Primero, la eficiencia y accesibilidad. La IA permite generar rápidamente variaciones de diseño, presentando una amplia gama de opciones a los seguidores y clientes. Esto no solo impulsa la creatividad, sino que también democratiza el acceso a visualizaciones de alta calidad, permitiendo que pequeños estudios o freelancers compitan en igualdad de condiciones.
Sin embargo, aquí viene el desafío: la autenticidad. En un mundo inundado de imágenes perfectas, mantener la transparencia sobre cuándo y cómo se utiliza la IA es crucial. Es importante que, como comunidad, se establezcan normas sobre cómo comunicar el uso de estas herramientas.
Una especie de ética arquitectónica de la Inteligencia Artificial. Esto no solo mantendría la integridad profesional intacta, sino que también ayudaría a los usuarios a comprender y apreciar el verdadero valor del diseño arquitectónico, más allá de la mera estética.
Y es que la adopción de la IA plantea preguntas sobre la originalidad y la autoría. ¿Hasta qué punto un diseño generado por IA sigue siendo de la persona que lo ha propiciado con un simple prompt?
Además, cuando se crea un proyecto arquitectónico, también se están construyendo sueños y aspiraciones. Y si esos sueños ya no están arraigados a la realidad, permitiendo que la inspiración fluya de la auténtica creatividad humana, ¿qué pueden inspirar? ¿Cómo puede motivar algo surgido del “delirio” de un modelo de lenguaje artificial?
El punto crucial de los arquitectos en Instagram es que juegan un papel doble: son tanto creadores como curadores. Mientras la comunidad explora las posibilidades que ofrece la IA, los profesionales de la arquitectura también deberían ser guardianes de la autenticidad, la ética y la transparencia. Al hacerlo, no solo enriquecen su práctica profesional, sino que también preservan la esencia de la arquitectura: la capacidad de inspirar, innovar y conectar a nivel humano, incluso en la era digital.
Una arquitectura viva.
Elisa Díez
Responsable de redes sociales de Escola Sert. Sueña con algoritmos, como los androides de 'Blade Runner' lo hacen con ovejas eléctricas