"La IA no sólo describe el entorno, sino que además es un agente activo en la transformación del medio ambiente"
¿La IA nos hará más sostenibles? La doctora en arquitectura e investigadora Ingrid Campo Ruiz dice que sí. Hablamos con ella sobre arquitectura equitativa y respetuosa con el medio ambiente, y de cómo la Inteligencia Artificial puede impactar positivamente en el entorno construido.
"Distintos sistemas de IA pueden ayudar a disminuir las emisiones de efecto invernadero, la acidificación de los océanos y la contaminación química, ayudar a conservar la biodiversidad, optimizar el uso de agua en la agricultura y luchar contra delitos medioambientales".
La actividad profesional de Ingrid Campo Ruiz se centra en aplicar una arquitectura que puede y debe ser más equitativo para las personas y respetuosa con el medio ambiente.
Y para ello quiere demostrar que la Inteligencia Artificial puede impactar positivamente en el entorno construido.
Ingrid trabaja como investigadora en la Escuela de Arquitectura KTH, el Real Instituto de Tecnología de Estocolmo (Suecia) y recientemente le han concedido la beca Marie Sklodowska-Curie Actions Individual Fellow de la Unión Europea.
Charlamos con ella sobre cómo compagina todas estas vertientes, sus áreas de investigación, la experiencia internacional y su visión de la arquitectura como una herramienta capaz de entrelazar personas, ideas y futuros.
Pregunta: ¿Cuándo se interesó por la IA y para qué la utiliza y/o entrena?
Respuesta: Siempre he tenido mucho interés por las tecnologías digitales. Empecé a investigar el impacto del entorno construido en la igualdad social y las democracias, y me di cuenta de que la inteligencia artificial es un agente con mucho poder en estas relaciones, auque la inteligencia artificial añade un nivel adicional de dificultad para la gestión del medio ambiente.
Actualmente investigo el impacto de la inteligencia artificial en nuestra relación con los espacios que habitamos en mi proyecto EQUBUILD financiado por la Unión Europea y KTH. Estos espacios incluyen los lugares donde vivimos, trabajamos, por los que transitamos, e incluso el medio ambiente.
Ingrid destaca en sus estudios el riesgo de que algunos sistemas de inteligencia artificial permiten nuevas formas de control del territorio (FP).
P: Desarrolla “estrategias para mejorar la inclusión social y preservar el medio ambiente en los lugares en los que vivimos, incorporando el aprendizaje automático”. ¿Cómo?
La inteligencia artificial nos permite analizar grandes cantidades de datos más allá de lo que una persona podría hacer en un tiempo razonable y así nos permite controlar procesos, predecir eventos y gestionar los recursos naturales de una forma más respetuosa. En un estudio que he publicado recientemente en Open Research Europe, explico mi investigación sobre un conjunto de sistemas de inteligencia artificial que pueden beneficiar al medio ambiente y su impacto en éste y las sociedades.
P: ¿Por ejemplo?
Distintos sistemas de inteligencia artificial pueden ayudar a disminuir las emisiones de efecto invernadero, la acidificación de los océanos y la contaminación química, ayudar a conservar la biodiversidad, optimizar el uso de agua en la agricultura y luchar contra delitos medioambientales.
Por otro lado, algunos sistemas de inteligencia artificial permiten nuevas formas de control del territorio. Las personas que desarrollan estos sistemas proceden habitualmente de los países más ricos, mientras que el impacto de estos algoritmos es global. De esta manera, las personas que tienen menos recursos y poder político se encuentran en desventaja para apoyar sus intereses. Estas desigualdades pueden resultar en nuevas formas de colonización, mediante las cuales los individuos más ricos podrían imponer sus intereses al resto de la población mundial.
En mi investigación, concluyo que la inteligencia artificial no sólo describe el entorno, sino que además es un agente activo en la transformación del medio ambiente. Propongo que la inteligencia artificial se emplee en combinación con otras herramientas y campos de conocimiento, como por ejemplo las humanidades, las ciencias sociales y la ética.
P: ¿Materializa sus investigaciones sobre la IA en la práctica arquitectónica o en el espacio construido?
Sí, de hecho, en marzo de este año organizacé un congreso internacional en KTH Estocolmo sobre inteligencia artificial y arquitectura, tendiendo puentes a otras disciplinas.
A raíz de la carta abierta internacional en la que miles de expertos pedían pausar el desarrollo de la inteligencia artificial, pensé que los arquitectos podíamos contribuir al debate internacional de la inteligencia artificial de una forma muy activa. En este congreso hemos debatido múltiples aplicaciones de la inteligencia artificial aplicada a la práctica de la arquitectura. Todas las ponencias estarán disponibles en el canal de YouTube @architectresearcher en breve.
P: ¿Cuál es su opinión sobre la regulación de la IA y cómo cree que debería ser?
Algunos expertos advierten que la inteligencia artificial es muy difícil de controlar. Me gustaría recalcar que la inteligencia artificial comprende un amplio conjunto de sistemas, no necesariamente intercomunicados.
Me parece muy bien que la Unión Europea haya creado un marco pionero en el mundo para regular la inteligencia artificial y protegernos a todos los ciudadanos. La Unión Europea ha regulado algunos sistemas de inteligencia artificial por su grado de riesgo y ha estipulado que algunos usos como la publicidad subliminal y la biometría han de ser controlados con máximo cuidado.
"Los arquitectos podemos contribuir al debate internacional de la inteligencia artificial de una forma muy activa".
Obra artística de Ingrid Campo, "I just called", parte de su iniciativa #whylesswaste (@ingridcamporuiz / @equbuild)
P: Le han galardonado con una beca Marie Sklodowska-Curie. ¿Qué trabajo está desarrollando actualmente en la KTH School of Architecture?
Estoy muy agradecida por este primer premio en el Congreso Marie Sklodowska-Curie Actions en Mons, Bélgica, sobre mi investigación y carrera como investigadora.
También al programa de Marie Sklodowska-Curie Actions Individual Fellow de la Unión Europea y a la Escuela de Arquitectura de KTH, el Real Instituto de Tecnología de Estocolmo, gracias a los cuales he podido investigar, dar clases, organizar el congreso sobre arquitectura e inteligencia artificial, publicar, aprender y conocer a muchos otros investigadores.
Por ejemplo, acabo de publicar algunos de los resultados de mi investigación en ARCHNET IJAR en el que explico cómo la dinámica de poderes económicos se ha transformado en torno a los mayores edificios culturales en Estocolmo.
P: ¿Qué es lo más interesante de dedicarse a la investigación, y hacerlo en distintos países, como es su caso?
Para mí, lo más interesante es contribuir a la sociedad y abordar problemas que afectan a mucha gente. El mundo puede ser fascinante, pero me gustaría que lo fuera para todos, independientemente del lugar de nacimiento.
Además, he tenido la suerte de contar con personas maravillosas que me han inculcado el interés por aprender y poder pensar en el efecto de nuestras acciones. He tenido la oportunidad de investigar y formarme en KTH Estocolmo, la Universidad de Columbia en Nueva York, la Universidad Politécnica de Madrid y la Escuela de Arquitectura de Copenhague.
En el entorno profesional, me gustaría destacar a José Manuel López Peláez, Catedrático de Proyectos en la Universidad Politécnica de Madrid, mi director de tesis y de quien he aprendido, entre otras cosas, la humildad y generosidad con los demás desde la arquitectura, que podemos hacer espacios que permitan crecer a las personas.
Por otro lado, Kenneth Frampton, Catedrático en la Universidad de Columbia, quien también estuvo dirigiendo mi investigación y de quien aprendí entre otras cosas, a tener una mayor visión crítica del efecto de la arquitectura en las personas.
Además, aprender de la gente, en general. Investigar me permite aprender de los puntos de vista de otras personas, ya sea de otros investigadores, ya sea de la gente fuera del entorno académico.
Cementerio en Malmö, obra de Sigurd Lewerentz, arquitecto sobre quien hizo su tesis Ingrid Campo. (Foto: Josep Maria Torra)
P: ¿Por qué su interés en Sigurd Lewerentz, objeto de tu tesis doctoral y de otras publicaciones?
Uno de los lugares que más me impactó durante mis estudios universitarios se encuentra en Malmö, una ciudad al sur de Suecia. Tuve la oportunidad de estudiar un año en la Escuela de Arquitectura de Copenhague en Dinamarca gracias al programa de la Unión Europea ERASMUS. Malmö está muy cerca de Copenhague y allí visité el Cementerio Este (1916-1973), proyectado por el arquitecto sueco Sigurd Lewerentz (1885-1975).
El espacio central es un paseo a lo largo de un paisaje monumental al tiempo que se cuidan los detalles para acompañar a las personas y apenas se ven las lápidas. Prevalece en todo el lugar un sentimiento de respeto por el bien común y el espacio compartido.
La curiosidad por saber más sobre las razones detrás de este lugar me llevó a recorrer Suecia, visitando proyectos, investigando su obra y la historia de Suecia en archivos, e incluso he terminado aprendiendo sueco. Cuando empecé mi tesis apenas había poco material publicado sobre esta y otras obras de Lewerentz, a pesar de que el cementerio del Bosque de Estocolmo, que proyectó con Gunnar Asplund, un proyecto que ha alcanzado el reconocimiento de la UNESCO como Patrimonio de la Humanidad.
En el Cementerio Este de Malmo, Lewerentz realizó un proyecto experimental a gran escala, rechazando los trazados de cementerios pintorescos que se habían popularizado en Europa en aquella época y proponiendo una disposición más ortogonal, vinculada con el lugar de distintas maneras.
Este cementerio ofrece una lente única a través de la cual se puede examinar la forma en la que se establecieron relaciones entre el proyecto de arquitectura y diversos aspectos del paisaje: con el entorno urbano y diversas circunstancias del entorno social mediante la vegetación como límite, con la topografía a través de la escala y los materiales de construcción, con la tradición organizando plantas, secciones y construcción. Con el ámbito internacional a través de los paramentos constructivos, con las técnicas constructivas habituales en Suecia por medio de materiales cotidianos y con los alrededores a través del planteamiento de los detalles.
Mi hipótesis de trabajo plantea que el concepto de límite en la obra de Lewerentz y en el Cementerio Este de Malmo en particular tiene un carácter dual, produciendo simultáneamente separaciones y relaciones con distintos aspectos del lugar y del tiempo.
P: “Less waste architecture”, la frase que aparece en la cabecera de su web, es toda una declaración de intenciones. ¿Se refiere a la circularidad en la arquitectura o refleja también otras inquietudes propias?
Hace unos años, paseando por la playa, me encontré un palo de plástico y lo recogí. Se me había quedado grabada una fotografía de una tortuga marina con un palo de piruleta incrustado en un orificio nasal. Me horrorizó.
Para cuando terminé mi paseo, había llenado una bolsa entera de residuos plásticos. Desde entonces, seguí recogiendo basura en mis paseos por el campo, y volvía siempre con varias bolsas llenas.
La cantidad de residuos que generamos es enorme. Comencé a intentar disminuir mis propios residuos y a hacer distintas obras artísticas y performances con la basura que recogía, explicando a la gente las distintas dimensiones del problema de nuestros residuos y gasto energético.
También la arquitectura y la construcción tienen que hacerse responsables de nuestro impacto en el medio ambiente. Según Eurostat, la construcción genera en torno a un tercio del total de residuos en la Unión Europea, siendo el sector que más residuos genera, por encima de la minería y otras industrias.
Less Waste Architecture, además, es el nombre de mi estudio de arquitectura. El objetivo es reducir el impacto medioambiental de la arquitectura teniendo en consideración siempre a las personas. El medio ambiente no se puede separar de aspectos sociales y éticos.
Además, realizo obras artísticas tratando de hacer reflexionar a la gente sobre el impacto medioambiental de las personas. Estas obras las comparto en mi canal de instagram @ingridcamporuiz.
"Comencé a hacer distintas obras artísticas y performances con la basura que recogía, explicando a la gente las distintas dimensiones del problema de nuestros residuos y gasto energético".
P: ¿Cómo debería la arquitectura contribuir a mejorar el medioambiente y la justicia social?
La arquitectura puede verse como una herramienta. Como arquitectos podemos establecer marcos para que la gente luego los utilice. Estos marcos pueden ser edificios, parques o pistas de deporte, pero también pueden ser otro tipo de marcos como por ejemplo, redes sociales o publicaciones que influyen en cómo las personas viven en un espacio.
Desde este punto de vista, la arquitectura puede contribuir a fortalecer una serie de estructuras socioeconómicas e ideologías. Los agentes con mayor poder económico tienen más recursos para hacer prevalecer sus puntos de vista e intereses.
Por ejemplo, si se construye un centro comercial en vez de un parque, se está reforzando una ideología de cómo debe ser el tiempo de ocio de las personas. No es que un lugar sea siempre mejor que otro, sino que deberíamos reflexionar sobre qué personas saldrán ganando. Por tanto, un primer paso para contribuir al medio ambiente y a la justicia social es pensar a quién beneficia cada una de nuestras acciones y al servicio de quién estamos realmente poniendo nuestros esfuerzos.
Por otra parte, la arquitectura puede ser más respetuosa con el medio ambiente a través de distintas vías:
Reducir residuos: Podemos empezar por pensar hasta qué punto una obra es necesaria. En muchas ocasiones se desmontan espacios construidos que estaban en buenas condiciones sólo por cuestiones estéticas, cuando podrían haberse readaptado a las nuevas necesidades con sólo algunos pequeños cambios. Sin embargo, su desmantelamiento genera una cantidad enorme de residuos como escombros que no son reciclables.
Reducir el gasto energético. Si los edificios estuvieran mejor aislados en general, tendrían una huella de carbono menor. Esto es uno de los principios de Passivhaus, en el cual estoy certificada.
Reutilizar materiales, a través del uso de materiales reciclados o reutilizados.
Según Eurostat, la construcción genera en torno a un tercio del total de residuos en la Unión Europea, el sector que más residuos genera, por encima de la minería y otras industrias (Escola Sert/IA).
P: ¿En qué momento decidió que sus intereses y esfuerzos profesionales se enfocarían hacia ese objetivo?
Mi interés por el medio ambiente y la justicia social ha crecido gradualmente. Mis padres me inculcaron el respeto a lo que nos rodea, tanto al medioambiente como a las personas, y la curiosidad por aprender de la naturaleza, la tecnología y de la gente.
Además, para mí la arquitectura no se trata sólo de proyectar y construir edificios espectaculares. La arquitectura también requiere comprender los procesos socio-económicos y culturales, los parámetros técnicos y constructivos, las posibilidades y, sobre todo, intentar entender a las personas a quienes sirven esos espacios.
El lugar en el que vivimos incluye dónde dormimos, dónde pasamos el día y los espacios que utilizamos para ir de un lugar a otro. Por tanto, el contexto es clave para comprender el espacio que nos rodea. Al conocer mejor el contexto de una persona, una idea o un lugar, podemos comprenderlos mejor. Contexto deriva de la palabra latina “con texere”, que significa entretejer y, efectivamente las personas, las ideas y los edificios están fuertemente interconectados, formando una red de relaciones.
Lucía Burbano
Una persona humana de la redacción de Escola Sert
conversando con otra persona humana con cosas interesantes que explicar.