Un buen arquitecto debe ser un gran comunicador
Presentar y defender un proyecto arquitectónico siempre ha sido un desafío. Hay que diferenciarse y seducir a la audiencia, pulir las dotes comunicativas y mejorar poder de nuestra oratoria. Aquí van algunas claves para influenciar eficazmente con un gran discurso.
Ahora todo el mundo comunica, o es consciente de que debe hacerlo, tanto en actos públicos como a través de las redes sociales y los múltiples canales que tenemos a nuestra disposición personal y profesional. La oratoria ha dejado de ser una herramienta para profesiones concretos o lugares exclusivos. De hecho, dominar los recursos básicos de comunicación forma parte de la vida de todos y a diario.
Y en el mundo de la arquitectura, también, claro.
Simplificación, estructuración y lenguaje no verbal.
Estos son los tres conceptos básicos que definen la oratoria, según Carlos Gimeno, un consultor especializado en enseñar a profesionales de multitud de empresas a comunicarse bien con sus audiencias y stakeholders.
Aprender a identificar el mensaje clave y conocer qué necesita la audiencia son los primeros pasos para una comunicación eficaz
Para ser un buen orador hay que simplificar el discurso, mantener una estructura con sentido y utilizar el poder de la comunicación no verbal. (FP)
Se busca profesional de la arquitectura, con creatividad, técnicamente impecable, sostenible, que domine la tecnología...
¡y que comunique bien!
En esta profesión cada día hay reuniones, se hacen videollamadas, también se graban vídeos corporativos, se conceden entrevistas, se va a presentaciones, se dan ponencias… Y saber comunicarse perfectamente en cada uno de estos momentos marca la diferencia.
Aprender a identificar el mensaje clave y conocer qué necesita la audiencia es importante para, más tarde, saber simplificar un discurso. Uno de los conceptos clave es, junto a la estructuración, el discurso no verbal. Que se lo digan a los políticos...
"Una buena oratoria debe incluir un mensaje bien estructurado, con un sentido y dirección y ciertas partes bien diferenciadas”, explica Gimeno. Para el experto en coaching y mentoring, esta estructuración es el equivalente a una hoja de ruta o mapa que permite entender al público hacia donde quiere ir el orador.
En una correcta oratoria, además, también se debe “hacer uso de las manos, el contacto visual, la energía corporal y la utilización estratégica del silencio”, añade. Y es que saber tratar el silencio es una habilidad muy necesaria y poco habitual en la sociedad occidental.
De hecho, explica que en Japón, el silencio “es bienvenido” y, además, “se entiende como un componente enriquecedor de la comunicación”. Por eso conviene analizar los beneficios y el poder transformador del silencio cuando un arquitecto presenta su proyecto.
Además de una correcta oratoria, también se debe saber hacer uso de las manos, del contacto visual, de la energía corporal y, más importante de lo que parece, de la utilización estratégica del silencio. (FP)
La fuerza del 'storytelling' y de la improvisación
Gimeno defiende dos grandes herramientas más que necesarias para conseguir el mejor de los discursos. La oratoria debe basarse, según su experiencia de más de 15 años, en un potente storytelling y en una buena capacidad de improvisación.
En primer lugar, la tradicional técnica del storytelling busca apartarse de los datos y la información y centrarse en las emociones. “Se trata de contar una historia que tenga un componente emocional”, resume. De hecho, “las personas estamos acostumbradas a escuchar historias desde pequeños. Primero los cuentos, luego Netflix”.
En este sentido, el aprendizaje que deben implantar los arquitectos es saber transformar un mensaje técnico en una historia personal que aporte valor, ayude a diferenciarse y que, finalmente, atraiga a su público. El experto destaca la fuerza de los personajes, de los conflictos y de su resolución.
Para él, la segunda herramienta "más desafiante” es “poder improvisar cuando no hay tiempo de preparar una reunión con cliente, una presentación o cuando te llaman sin previo aviso por teléfono”.
Con ambas capacidades el reto es el mismo: “obtener la capacidad de mantenerse competente en cualquier tipo de escenarios, a veces algo hostiles”.
La oratoria debe basarse en un potente 'storytelling' y en una buena capacidad de improvisación. (FP)
El arquitecto del futuro
Y aquí Gimeno abre el debate, por ejemplo, sobre la llegada de la Inteligencia Artificial (IA). Suma muchos beneficios, pero también plantea ciertos peligros para la profesión. Por eso, “la necesidad de diferenciación es cada vez más fundamental. Y una herramienta poderosísima de diferenciación es el proceso oratorio y el cómo captas a un cliente”, puntualiza.
Él lo tiene claro. Se puede perder un gran proyecto por no saber venderlo y, al contrario, conseguir un contrato con un proyecto más flojo, pero muy bien defendido y vendido. La oratoria lo es todo.
Y ¿qué es más importante? ¿Persuadir, inspirar o fidelizar al cliente? Carlos Gimeno apuesta por la fidelización, porque “a esta se llega a través de los otros dos conceptos”. Visualizando el mañana, cree que el arquitecto del futuro tiene que ser “un profesional capaz de combinar sus conocimientos técnicos con un elenco de aptitudes necesarias para el mundo al que nos dirigimos”.
Una correcta oratoria debe hacer uso de las manos, el contacto visual, la energía corporal y la utilización estratégica del silencio
Menos Powerpoints y más comunicación personal
El experto también señala que hay que enseñar a escribir antes de hablar, a resumir y a conceptualizar y a cómo hacer un correcto uso de los soportes audiovisuales.
Un ejemplo: las diapositivas. Renders. Powerpoints. Soporte visual. Lo que sea.
Gimeno explica que, entre muchas profesiones (especialmente en el mundo de la arquitectura), se tiende a recurrir a este soporte porque es muy visual, pero para el docente también es un arma de doble filo. “Puede ser contraproducente”, considera. La diferencia de uso principal la marca la audiencia.
“Si un arquitecto va a presentar un proyecto ante un grupo grande, seguramente necesite alguna diapositiva inspiradora y emocional. En cambio, si va a hablar ante poco público, lo mejor es el contacto visual y, por lo tanto, cuanto menos diapositivas, mejor”, explica.
Y es que, analizar la audiencia, es crucial para enfocar el mensaje y hacerlo más potente todavía.
Un buen arquitecto necesita adquirir formación social, digital y comunicacional. (FP)
El curso mezclará parte de mentoring con coaching
Curso de oratoria en la Escola d'Estiu
En resumen, un buen profesional necesita adquirir formación social, digital y comunicacional para poder diferenciarse e influenciar. Y Gimeno cree que es algo especialmente necesario en el mundo de la arquitectura.
Así, explica como hace cosa de un año un cliente internacional le contó que los arquitectos con los que trabajaba tenían problemas a la hora de vender la visión del proyecto. Es decir, pasar de un concepto técnico a algo más comercial.
A raíz de esta conversación, el experto gestó un curso aplicando sus conocimientos específicamente a los arquitectos.
¿Qué tal un curso intensivo de verano centrado en cómo mejorar tu mensaje e influenciar eficazmente con un gran discurso?
Dicho (nunca vino más al caso la expresión) y hecho: este verano, este coach y experto en oratoria será el encargado de impartir uno de los cursos intensivos impulsados por la Escola d’Estiu de l’Escola SERT.
Las mañanas del 2 y del 9 de julio tendrá lugar el taller “Aprende a comunicar tu historia y vender tu proyecto”, que se focalizará en cómo construir los mejores mensajes para seducir y atraer en las presentaciones de proyecto y reuniones a todo tipo de clientes.
“Es un curso que pretende ayudar a una profesión muy artística y técnica en algo que les ayudará a imponerse en un mundo cada vez más competitivo y digital”, sintetiza Gimeno.
Este curso, que mezclará una parte de mentoring con el coaching y debate, tanto individual como grupal, aumentará la comodidad y seguridad de los arquitectos que deban presentar sus proyectos en público, incorporando el componente emocional y humano al discurso más técnico.
Su gran reto es que los alumnos de este curso de oratoria sean capaces de persuadir a la sociedad e inspirarla. Así podrán defender que “la arquitectura lo es todo”.
Ángela Zorrilla
Una persona de la redacción de Escola Sert que habla mucho y bien