Limpieza y desinfección de espacios educativos en el contexto de la Covid-19
La vuelta a las escuelas de este curso 2020-2021 estuvo marcada por la pandemia de la Covid-19 y la implantación de toda una serie de medidas para minimizar el riesgo de contagio en las aulas. Los centros escolares se han tenido que adaptar al máximo a las nuevas exigencias para atenuar los efectos de la pandemia.
(Imagen: Pexels)
Así, además de la mascarilla obligatoria a partir de los seis años, la creación de grupos burbuja, la búsqueda de soluciones imaginativas para intentar reducir ratios y contacto entre niños de diversos cursos, sistematizar la ventilación para garantizar la renovación constante del aire, las escuelas han tenido que incorporar nuevos protocolos de limpieza, tanto de espacios como de manos, y de desinfección.
Una parte importante de estas medidas implica el uso de productos químicos que pueden causar efectos adversos también en la salud de las personas, en especial entre una población “sensible” como es la infantil. Conscientes de este riesgo, los autores del presente artículo, estudiantes del postgrado de Arquitectura y Salud de la Escola Sert del Colegio de Arquitectos, hemos querido analizar los diferentes protocolos elaborados desde la administración para hacer frente a la Covid-19. También hacemos propuestas para que las soluciones escogidas sean las más inocuas posible para las personas y, además, resulten respetuosas con el medio ambiente. En definitiva, “compatibles con la vida”.
‘Protocolos saludables para la limpieza y desinfección de espacios educativos en el contexto de la Covid-19’ es un trabajo de final de postgrado de julio de 2020. Surge de la inquietud para buscar soluciones menos agresivas a las nuevas condiciones de las escuelas. Está basado en estudios, literatura e investigaciones ya publicadas. También cuenta con el consejo y ayuda de diversos profesionales, la mayoría de los cuales son docentes del postgrado de Arquitectura y Salud.
El documento está “vivo”. Puede y debe ser revisado siempre que las nuevas evidencias modifiquen las recomendaciones establecidas. Somos conscientes que es un tema controvertido y el trabajo no pretende negar las medidas que se habían tomado hasta entonces; sino abrir ventanas a otras opciones de las cuales no tenemos una certeza absoluta por su complejidad. En cualquier caso, ponemos estas medidas sobre la mesa para seguir avanzando en esta investigación tan necesaria como es la salud de las personas.
La limpieza de manos constante es la nueva imagen que deja la pandemia. (Archivo fotográfico de la Fundació Escola Decroly de Barcelona)
En nuestro entorno existen enfermedades medioambientales de las cuales no siempre somos conscientes. Un ejemplo es la Sensibilidad Química Múltiple (SQM).
Caso práctico, Escola Decroly
Hemos tenido ocasión de trabajar sobre un caso práctico contando con la colaboración de la Escola Decroly de Barcelona. Es un centro concertado del distrito de Sarriá-Sant Gervasi de Barcelona que ofrece las etapas de Educación Infantil y Primaria. El centro hace dos años que estrenó unas instalaciones que incorporaban hasta quince medidas de salud y bienestar acreditadas por la empresa Evalore, consultora especializada en la creación de espacios saludables. El objetivo de este estudio ha sido hacer compatible esta filosofía con las exigencias de la administración, en especial en lo relativo a la limpieza y la desinfección.
Hemos analizado la casuística entre una población altamente sensible —los niños en espacios de máxima permanencia (la escuela)— y el uso reiterado de productos químicos para la desinfección de los espacios para evitar la presencia de la Covid-19.
En nuestro entorno existen enfermedades medioambientales de las cuales no siempre somos conscientes. Un ejemplo es la Sensibilidad Química Múltiple (SQM) que está asociada a la pérdida de tolerancia antes agentes químicos —como ciertos productos de limpieza—. Presenta una sintomatología diversa que puede afectar a múltiples sistemas orgánicos. La fibromialgia y la fatiga crónica también se asocian a la exposición de tóxicos.
Conviene conocer bien la composición de los productos de limpieza. (Pexels)
Muchos productos de limpieza y desinfección están formulados con compuestos disruptores endocrinos (EDC), sustancias que interfieren negativamente en el sistema hormonal.
Si hacemos una mirada a los niños, vemos que estos son más sensibles al efecto de las sustancias nocivas. El sistema de eliminación de tóxicos en sus cuerpos todavía está madurando, igual que sus sistemas neurológicos, inmunológico y respiratorio. En ellos se han encontrado concentraciones de sustancias tóxicas mucho más altas que en los adultos. Costumbres como caminar por el suelo, llevarse las manos a la boca y el hecho de que respiren, beban y coman más que los adultos —en proporción a su peso— los convierte en candidatos a exponerse a una mayor cantidad de contaminantes en espacios cerrados y a sufrir sus efectos. Por lo tanto, es importante minimizar la exposición a estos productos químicos durante la niñez. Estas sustancias, en algunos casos, pueden llegar a desarrollar, tanto de manera inmediata como en la edad adulta, desde alergias y asma hasta enfermedades degenerativas; pasando por problemas de infertilidad, alteraciones al desarrollo del sistema nervioso, entre otros.
Consideramos que, con las instrucciones y las normativas existentes de desinfección se está promoviendo una “asepsia y contaminación de los espacios” que provoca una sobre exposición de agentes químicos en el ambiente. Con el uso y abuso de desinfectantes químicos se aumentan considerablemente los componentes volátiles orgánicos perjudiciales para la salud.
Los espacios asépticos para el uso de productos químicos impiden que el cuerpo genere defensas. (Archivo fotográfico de la Fundació Escola Decroly de Barcelona)
Resaltamos que el análisis de todo este trabajo se ha hecho con criterios de biocompatibilida, que son mucho más exigentes que las normativas vigentes.
Una de las maneras de actuar ante la Covid-19 es a través de la promoción de la salud, con acciones que fortalecen el sistema inmunitario. Los espacios asépticos conseguidos a través del abuso de productos químicos tienen el efecto contrario, ya que no permiten que nuestro cuerpo genere defensas, y a la vez aumentan la exposición a los tóxicos. Utilizando productos biocompatibles se evita esta toxicidad, y a la vez se garantiza la higienización de los espacios.
El trabajo se ha hecho siguiendo las directrices y las medidas del Plan de Apertura en fase 2 de la desescalada y el Plan de actuación para el curso 2020-2021, destinados a los centros educativos en el marco de la pandemia de la Covid-19. Algunas recomendaciones han podido ir cambiando a lo largo de los meses. A pesar de todo, los principios básicos de la prevención, higiene y promoción de la salud siguen vigentes, sean cuales sean las recomendaciones establecidas.
Resaltamos que el análisis de todo este trabajo se ha hecho con criterios de biocompatibilidad, que son mucho más exigentes que las normativas vigentes que ya cumplen todos los productos y compuestos químicos nombrados. Existen evidencias que la reiterada exposición de dosis pequeñas puede causar un efecto adverso en la salud de las personas, mas si hablamos de una población altamente sensible como son los niños.
La ventilación de las aulas es una de las medidas más eficaces contra la Covid-19. (Archivo fotográfico de la Fundació Escola Decroly de Barcelona)
Limpieza y desinfección
Antes de implementar medidas de desinfección química, conviene que los espacios estén limpios y bien ventilados. La ventilación es la gran herramienta para disipar las sustancias volátiles y semipersistentes en los ambientes de interior; tanto si son de origen biológico (virus o bacterias), como químico (CO2, COVs, COPs, fibras, partículas…). Este trabajo no se centrará en las pautas de ventilación, pero quedemos puntualizar que es un hecho imprescindible para cualquier espacio saludable.
Consideramos la limpieza, la pieza clave para hacer de las escuelas lugares mucho más seguros. Su definición sería la eliminación de la suciedad y la materia orgánica de las superficies . Si están se quedan en su lugar, puede interferir en los desinfectantes y minimizar su eficacia. Se puede realizar sencillamente con agua y jabón.
Por desinfección entendemos la destrucción o inactivación de los microorganismos (gérmenes, bacterias y virus) que están en nuestro entorno. Para aplicarla correctamente, primero conviene limpiar. No solo debemos tener presente la efectividad del desinfectante que utilizamos sino su perdurabilidad en el tiempo después de su aplicación. Otros puntos a controlar son la concentración de la solución, la dosis, el tiempo de contacto y el modo de aplicación.
Pero, ¿qué es un desinfectante biocompatible? Es aquel que "con su aplicación no causa efectos adversos". Por lo tanto, es compatible con un sistema vivo, porque no es tóxico, perjudicial o fisiológicamente reactivo, y no causa rechaczo inmunológico. El grado de biocompatibilidad depende de la estabilidad química de un material a lo largo del tiempo, la tendencia a causar inflamación, incitar enfermedades o volverse carcinogénico.
La ventilación es la gran herramienta para disipar las sustancias volátiles semipersistents en el ambiente interior.
Según el tipo de microorganismos que se quiere atacar, los desinfectantes pueden ser bactericidas (microorganismos bacterianos), fungicidas (hongos, levaduras…), viricidas (virus) y esporicidas (esporas). La investigación recoge y describe los desinfectantes más habituales como ahora los compuestos clorados (lejía), los compuestos oxigenados (agua oxigenada), los aldehídos (formol), los alcoholes (etanol o isopropanol) o los amonios cuaternarios.
Destacamos las diferencias entre principios activos viricidas y productos viricidas, aunque a simple vista puedan parecer conceptos casi sinónimos. Los productos viricidas normalmente llevan compuestos químicos con cargas tóxicas, a pesar de cumplir con la normativa. Conviene mirar con detalle su ficha técnica para saber de qué hablamos, solicitar la declaración completa de su composición y que analice alguna persona especializada.
Nuestra inquietud, por tanto, es analizar las propuestas de higienización y desinfección habituales, promovidas incluso desde las autoridades sanitarias, para evaluar si se pueden encontrar soluciones más respetuosas con la salud y el entorno, desde una visión biocompatible.
La clave es conocer bien cuáles son los mejores productos para limpiar y desinfectar las superficies. (Unsplash).
Recomendaciones y conclusiones
Aplicando el principio de precaución, la mejor opción, y en especial en el caso de una escuela, es priorizar el uso de principios activos viricidas. Bajo esta premisa recomendamos evitar los productos clorados —como la lejía—, el alcohol isopropílico, el ozono, y la luz ultravioleta. En cambio, es necesario apostar por desinfectantes biocompatibles como el peróxido de hidrógeno en dilución del 15%, alcohol etílico de concentración del 70 al 80%, el ácido hipocloroso —de alto poder viricida— u otros sistemas como la plata coloidal (50 ppm) y el bórax.
No todos estos productos están recomendados por el Departamento de Educación. Dentro del Protocolo del mes de mayo de 2020, el peróxido de hidrógeno al 0,5% está incluido y se podría considerar la mejor opción para la desinfección. Es un principio activo viricida que no tiene toxicidad, compuesto por agua y oxígeno —que a parte de ser un desinfectante biocompatible— es un producto eficaz para afectaciones biológicas e incluso tiene más poder oxidante que la lejía. Cuando entra en contacto con la materia orgánica se descompone en oxígeno y agua se disuelve fácilmente en el aire sin toxicidad. Por el contrario, es altamente reactivo en concentraciones altas, no al 0,5%, y tiene poca permanencia, es decir, que se volatiliza con rapidez.
Otra opción es el ácido hipocloroso (agua ionizada) que también consigue evitar la contaminación química de espacios ambientales y la aparición de efectos secundarios.
Aplicando el principio de precaución, la mejor opción en el caso de una escuela es priorizar el uso de principios activos.
Es necesario apostar por desinfectantes biocompatibles. (Unsplash)
Destacamos una gran diferencia entre las dos opciones. El peróxido de hidrógeno no tiene permanencia en superficies. En cambio, el ácido hipocloroso tiene una permanencia en el tiempo, por ejemplo, en la ropa o el calzado; y su efectividad persiste durante 48 horas. Esto reduce considerablemente la frecuencia de aplicación, y ayuda a la cuestión medioambiental, ya que contribuye a la no generación de residuos. Al ser un principio activo que se genera in situ, no tiene ningún envase asociado como puede tener el peróxido de hidrógeno.
Los productos que llevan la etiqueta Ecolabel se categorizan según su ciclo de vida, pero no por sus efectos sobre la salud. Por lo tanto, no expresa ningún requisito sobre la biocompatibilidad del producto. Según nuestro análisis, consideramos que muchos de los productos que tienen esta etiqueta no son elementos de limpieza biocompatibles.
Creemos que es importante reconocer que muchas enfermedades tienen causas medioambientales y que, con pequeñas acciones en nuestras pautas de vida, podemos velar por una mejor salud de las personas y el planeta. Este trabajo se ha centrado en una problemática muy específica, como son los sistemas de higienización y desinfección de espacios interiores, no solo escuelas. Una cuestión que se ha enfatizado a raíz de la pandemia de la Covid-19, pero este punto de vista crítico constructivo lo podríamos tomar en muchas otras acciones de nuestra vida. Quizá no tenemos las respuestas claras para todo, pero el simple hecho de cuestionarlo y abrir debate es un principio de cambio.
Marta Pujol, arquitecta, y Sonia Soms, interiorista
Investigación Postgrado Arquitectura y Salud Escola Sert.
El 31 de enero comienza este postgrado de Escola Sert sobre cómo diversos elementos vinculados a la arquitectura (materiales, instalaciones, sistemas constructivos...) inciden sobre la salud de las personas y la calidad del ambiente en los edificios.
Comentarios
Subido por Técnico ambiental (no verificado) el Mié, 30/03/2022 - 06:15
Se denomina desinfección a un proceso químico que mata o erradica los microorganismos
sin discriminación al igual como las bacterias, virus y protozoos impidiendo el
crecimiento de microorganismos patógenos en fase vegetativa que se encuentren
en objetos inertes.
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