Los beneficios de la biofilia en la arquitectura y el diseño de espacios interiores
El diseño biofílico, aplicado desde la neuroarquitectura, sostiene que el contacto con entornos diseñados bajo los principios de la naturaleza impacta positivamente en la salud física, emocional y cognitiva de las personas.
La neuroarquitectura ha salido, en cierta manera, “del armario”. Cada vez más son los profesionales de la arquitectura que buscan complementar su formación teniendo en cuenta cómo el entorno arquitectónico influye en las emociones, procesos mentales, comportamientos y, por tanto, en nuestro bienestar.
Alba Méndez García es una de las principales expertas en aplicar al diseño arquitectónico los conocimientos de la neurociencia, la antropología, la psicología, las ciencias cognitivas y la sociología. Y por eso hemos querido preguntarle por una de las aplicaciones más vistosas y extendidas de la neuroarquitectura: la biofilia.
¿Qué es exactamente la biofilia y cómo se encuadra dentro de la neuroarquitectura en general?
Empecemos por el principio: la neuroarquitectura. Es la primera área de conocimiento centrada en el estudio de las reacciones del cerebro y el sistema nervioso a los estímulos sensoriales producidos por el entorno natural y artificial.
“La neuroarquitectura es la primera disciplina que nos proporciona datos objetivos que aspiran a determinar qué procesos neuronales producen nuestras reacciones conscientes e inconscientes al interactuar con el entorno en el que vivimos”, explica Alba Méndez García, arquitecta socia fundadora de Qualia Estudio y docente de la Escola Sert.
El objetivo de la neuroarquitectura es entender cómo impacta el entorno en el que habitamos en nuestra salud física, emocional y cognitiva. De esta forma, podemos disponer de herramientas de diseño para construir entornos que eleven las cotas del bienestar de las personas que los habitan.
Edificio central del Registro de la Propiedad en Madrid. (Alba Méndez)
Si reducimos toda la existencia humana a 24 horas de esas 24 horas 23:59 horas la hemos pasado en entornos naturales, mientras que solo hemos pasado 1 min en entornos modernos
Psicología, biología, biofilia
A lo largo de la historia, diversas disciplinas han abordado cómo nos afecta el lugar donde vivimos o trabajamos. Entre estas áreas de conocimiento, la psicología y la biología alumbraron la hipotésis de la biofilia. Un término que fue acuñado por el psicólogo social Erich Fromm y que fue evolucionado por el biólogo Harvard O.Wilson.
¿Qué significa biofilia? Etimológicamente quiere decir amor por la vida. Se define, apunta Alba, “como un deseo biológico básico compartido entre los humanos de estar cerca de la naturaleza y de otras formas y tipos de vida”.
Biología evolutiva. Esta aproximación es clave para entender como impacta el espacio en el que habitamos en nuestro bienestar. “El objetivo fundamental que persigue el organismo de los seres humanos es la supervivencia de sus genes y la clave está en su capacidad de adaptarse al entorno”, enmarca la arquitecta.
La arquitectura del cerebro humano. Se ha ido diseñando y perfeccionando a lo largo de su existencia para adaptarse y tener mayores posibilidades de sobrevivir en el entorno físico y social. “Esto es encontrar un equilibrio homeostático con el entorno”, concluye la experta en neuroarquitectura.
“Porque si reducimos toda la existencia humana a 24 horas”, ejemplifica, “de esas 24 horas 23:59 horas la hemos pasado en entornos naturales, mientras que solo hemos pasado 1 min en entornos modernos, con todos los estímulos nuevos que ello conlleva. Nuestro cerebro, por tanto, está programado biológicamente para sobrevivir en un entorno natural”.
En esta hipótesis se basa la biofilia.
Edificio de 6 viviendas y 2 locales en Poblenou (Barcelona). (Alba Méndez)
Nuestro cerebro está programado biológicamente para sobrevivir en un entorno natural. En esta hipótesis se basa la biofilia.
Cuando neuroarquitectura conoció a biofilia
La biofilia fue evolucionando gracias al avance de los trabajos científicos y sus diversas evoluciones hasta vincularse con la salud gracias al estudio de Roger Ulrich en 1984. En este trabajo se demostró que los pacientes en postoperatorio en una habitación con vistas a árboles se recuperaban antes que los que tenían vistas a una pared de ladrillo.
“Ese fue”, remarca la docente de Escola Sert, “el punto en el que la neuroarquitectura y la Biofilia cruzaron sus caminos.
“En mi opinión”, asegura Alba, “la mejor definición de diseño biofílico hasta la fecha es la acuñada por Ryan y Browning en 2018. Según la cual, ‘el diseño biofílico es una práctica holística que utiliza sistemas basados en la naturaleza, principios de ingeniería y señales de diseño para apoyar la mejora de la salud, el bienestar y el desempeño medido a través de datos biométricos personales, estado de ánimo autoevaluado y calidad del trabajo’.”
¿Cuáles son los principios de la biofilia? Nuestro organismo esta bilógicamente diseñado para operar en un entorno natural. Todo aquello que no se asemeje a un entorno natural nos hace estar en alerta y por tanto hace que nuestro organismo no opere de la mejor forma posible, generando entre otras reacciones estrés.
Y Alba lo explica ejemplifica así:
¿Qué pasa cuando sacas a un pez fuera del agua? Que su organismo no está preparado para habitar un entorno en el que no hay agua. Algo parecido nos pasa a los seres humanos cuando nos sacan del entorno en el que hemos evolucionado como especie.
Por tanto, el principio en el que se basa el diseño biofílico aplicado desde la disciplina de la neuroarquitectura es “en diseñar entornos que proporcionen estímulos sensoriales que emulen los de los entornos naturales”, apunta.
Vista exterior del Edificio central del Registro de la Propiedad en Madrid. (Alba Méndez)
Ahora sabemos que el contacto con entornos naturales o entornos diseñados con los mismos principios impactan muy positivamente en la salud de las personas
¿Por qué ahora se habla tanto de biofilia? ¿Qué beneficios aporta?
“Gracias a los avances de la tecnología hemos podido avanzar a una velocidad de vértigo y hemos podido probar científicamente muchas de las hipótesis formuladas en el marco de la hipótesis de la biofilia”, responde Alba.
“Hemos pasado de suponer a saber. Ahora sabemos que el contacto con entornos naturales o entornos diseñados con los mismos parámetros influyen positivamente en la salud física, emocional y cognitiva de las personas”, sostiene.
“Por ejemplo, solo con mirar durante unos minutos un paisaje natural disminuye el estrés. También la presión sanguínea y la tensión muscular (Salingaros, 2015), pero si estamos expuestos durante un largo periodo de tiempo a un entorno natural nuestro sistema inmune mejora y tiene efectos antiinflamatorios”, enumera la arquitecta.
“También se ha demostrado”, explica, “que partes del cortex prefontral se relajan cuando se está en contacto con la naturaleza. Después de esta pausa mental, tenemos mejor capacidad cognitiva”.
Oficinas centrales de Leadtech en Barcelona. (Alba Méndez)
Otros beneficios de la biofilia “demostrados científicamente”, según Alba Méndez, son:
- favorece interacciones sociales significativas
- aumenta la creatividad
- permite recuperar la atención
- aumenta la motivación
- acelera el proceso de recuperación física
- aumenta el sentimiento de felicidad
- proporciona el llamado “awe effect” con resultados parecidos a los de la meditación
- favorecen la meditación con todos los beneficios que ello conlleva
- impacta sobre los centros de placer
- reduce el aburrimiento y la irritación
- ofrece experiencias multisensoriales donde todos los sentidos están implicados de forma equilibrada.
- aumenta el comportamiento prosocial
- favorece el proceso de aprendizaje
- reduce el estrés
- regula biorritmos
- mejora la calidad del sueño
- mejora la salud mental como reducción de depresión y de ansiedad.
- reduce la agresividad
- reduce los síntomas de TDAH (Transtorno por Déficit de Atención e Hiperactividad)
- favorece el desarrollo motor y cognitivo de los niños
- mejora el control del dolor
- reduce la obesidad
- reduce la diabetes
- ·mejora la vista
- mejora el funcionamiento del sistema inmune
- reduce el asma y las alergias
Reforma de la masia en Agullana (Girona), proyecto de Alba Méndez. (Alba Méndez)
La arquitectura tradicional y los grandes arquitectos siempre han aplicado el diseño biofílico
¿La arquitectura actual da importancia a la integración con la naturaleza?
La arquitectura actual está empezando a darle importancia, pero en opinión de Alba Méndez, “la cantidad de profesionales que entienden las bases del diseño biofílico es muy escasa. La mayoría de arquitectos que dicen aplicar diseño biofílico se limitan al uso de plantas y, en el mejor de los casos, utilizan geometrías curvas y aplican materiales naturales”.
“La biofilia es mucho más que poner plantas”. Es lo que afirma la arquitecta, para quien “solo alguien formado en neurociencias aplicadas al diseño arquitectónico tiene los conocimientos para aplicar el diseño biofilico en sus proyectos”. También puntualiza que “es algo altamente complejo que requiere de muchos conocimientos y experiencia”.
“La arquitectura tradicional y los grandes arquitectos siempre han aplicado el diseño biofílico”. Así lo declara Alba, que afirma que la arquitectura tradicional y los grandes arquitectos siempre lo han hecho. “El ser humano sin importar su religión o su cultura siempre ha sido consciente de la necesidad de vincularse a la naturaleza.
Si estudiamos a grandes arquitectos como César Manrique, Gaudí, Frank Lloyd Wright, Aalto o Scharoun encontramos muchísimos mecanismos de diseño biofílico. Encontramos también muchos ejemplos en la arquitectura vernácula reflejo de la sabiduría popular”, sostiene.
Interior de la masia en Agullana (Girona), proyecto de Alba Méndez. (Alba Méndez)
“Si un estudio de arquitectura quiere diseñar basándose en los principios de diseño arquitectónico, “debe contar con una arquitecto especializado en neurociencia aplicado al diseño arquitectónico y un especialista en materiales y vegetación autóctona”
¿El arquitecto debería tener conocimientos botánicos? “Un arquitecto debe entender cuáles son los parámetros de diseño arquitectónico con los que está diseñada la naturaleza”, estipula Alba. Y concluye que “solo de este modo podrá reproducirlos y emplearlos como mecanismos de diseño arquitectónico”.
Por lo tanto, si un estudio de arquitectura quiere diseñar basándose en los principios de diseño arquitectónico, “debe contar con una arquitecto especializado en neurociencia aplicado al diseño arquitectónico y un especialista en materiales y vegetación autóctona”, aclara Alba.
¿En qué tipos de proyectos está cobrando más importancia, en los de viviendas privadas, en los de oficinas, en edificios de servicios…? En todos, en opinión de Alba, incluso en espacios educativos. La experta explica que “vivimos un momento en el que ha habido un cambio de paradigma, nos hemos dado cuenta que nos hemos desvinculado del ecosistema del que formamos parte”.
Alba también añade que “ahora nos hemos dado cuenta de que eso es nocivo y, por tanto, buscamos la manera de reconectarnos y reconciliarnos con el ecosistema natural”. Y concluye: “na de las maneras es el diseño biofílico.”
Y, finalmente, ¿puede ayudar la biofilia a modular las necesidades energéticas? El diseño biofílico, según lo entiende Alba, no contemplaría ese tema, es otro tema distinto. “Pero sí es bien sabido”, apunta, “que otra de las muchas cosas que podemos aprender de la naturaleza es de los mecanismos que ha desarrollado para hacer un uso eficiente de los recursos”. Cada especie ha evolucionado desarrollando mecanismos "para optimizar los recursos disponibles y así aumentar sus posibilidades de supervivencia", concluye, "y estudiando esos mecanismos podemos elaborar algunos que nos ayuden".
Natàlia Bosch
Redacción Escola Sert
Para saber más sobre biofilia:
- NATURE INSIDE: A biophilic design guide
- THE NATURE FIX: Why Nature Makes Us Happier, Healthier, and More Creative
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