2020, un año que recordaremos

Son noticias que se consumen como productos con una cierta caducidad en función de la actualidad del mundo en que vivimos. pero en este caso la noticia del coronavirus, ahora ya Covid-19, también hemos pasado a ser protagonistas de la película, además de ver lo que pasaba en China o Italia. De repente, un 15 de marzo, alguien había cambiado nuestro mundo. Se declaró el Estado de Alarma que suponía el confinamiento de todas las personas en su casa.

Todo lo que era habitual ahora es excepcional. Nos han dado la vuelta a la tortilla sin pedirnos permiso. Una situación excepcional y totalmente nueva que nunca había pasado solo en 48 horas. Todo un país cerrado en sí mismo. Cerraron las escuelas, los bares, los museos, los parques… Solo quedaron abiertos los hospitales y los supermercados.

Prioridad: la salud de las personas. ¿Y el trabajo? ¿Qué pasa con nuestro trabajo? ¿Podemos ir a trabajar? ¿Podemos seguir con nuestros encargos o proyectos? No tenemos respuestas porque no existen. Nosotros somos la respuesta. Tu mismo debes actuar porque, si no, nadie lo hará por ti. El resto de la población está en su casa, confinados, también pensando cómo salvar su propia situación.

Con este panorama, la Escola Sert del Colegio de Arquitectos de Cataluña se pregunta: ¿y ahora qué hacemos?

Los cambios en la Escola Sert

En 2019, la formación presencial suponía el 98% de la oferta de programas de la Escola Sert. Desde hace 25 años, los másters, postgrados y cursos han sido siempre presenciales. Había algún curso online pero en un porcentaje muy bajo respecto al grueso de clases presenciales. Entonces llegó el 15 de marzo de 2020, y el Colegio de Arquitectos de Cataluña tomó la decisión de cerrar sus sedes en todas las demarcaciones, incluida la Escola Sert. En ese momento del curso 2019-2020, teníamos en marcha dos másters, diez postgrados y cincuenta cursos, veinte jornadas con casi 2.000 alumnos y 400 docentes que hacían clases cada semana. No hubo un plan de actuación previsto ante una situación de excepcionalidad provocada por una pandemia como la de la Covid-19.

Después del anuncio del Estado de Alarma, el equipo de la Escola tuvo que hacer aquello que nunca había hecho, pero sí que teníamos la tecnología para hacerlo. Si queríamos continuar trabajando y haciendo formación, debíamos hacer un cambio radical de la formación presencial a la online. El tema clave y más complicado era que un profesor debía dar clase a cincuenta alumnos a través de una plataforma digital desde su casa. Los participantes también estaban en sus hogares, debía hacerse en directo, y tuvo que hacerse en 48 horas (con el estrés que suponía). El lunes 16 de marzo volvíamos a las clases, después del fin de semana que se decretó el Estado de Alarma.

No había un libro de instrucciones, no había precedentes, ni teníamos un referente educativo donde mirar. Todo dependía de nuestro compromiso, implicación y profesionalidad. Aquí salieron tres conceptos fundamentales para llevar a cabo el cambio:

• Flexibilidad en los cambios. No podemos ser rígidos. Las noticias cambian cada minuto. Capacidad de adaptación a la nueva y desconocida situación de excepcionalidad traída por la pandemia de la Covid-19.
• Resilencia a las adversidades. Esta es la capacidad que tiene el ser humano para sobreponerse a las circunstancias de adversidad en su existencia para conseguir un objetivo mejor.
• Sensación de grupo. Juntos lo podemos hacer. La unión como respuesta a la incertidumbre que teníamos por separado o de forma individual.

Con estos pilares fundamentales convencimos al resto del equipo de la Escola Sert —formado por alumnos, docentes, delegados, directores, técnicos informáticos…—. Había muchas dudas, pero también muchas ganas de hacerlo.

Teníamos una gran disparidad de perfiles entre los alumnos, docentes y directores. Algunos más tecnológicos, y otros más tradicionales o analógicos que realmente tenían miedo por la situación. No sabían como hacer clases online. Aquí fue fundamental la empatía emocional. Transmitir la confianza por teléfono (ya que no se podía hacer de forma presencial y nunca por email o WhatsApp) y hablar con cada uno de los docentes, directores y muchos alimentos que nos transmitieron sus dudas y temores.

Todos queríamos continuar la formación de postgrado, máster o curso que estaba a medio camino, debido a que ya habíamos hecho cinco meses, pero todavía faltaban tres meses para acabarlo y podíamos dejar el curso a medias.

Aquí es el momento que un equipo de personas se debe poner al frente de todos y hacer piña con la confianza que da el equipo, aunque interiormente tengamos muchos miedos. Nadia conocía el riesgo o el alcance real de la pandemia del coronavirus en marzo de 2020. Solo podíamos tener una evaluación de riesgos hasta cierto punto, con muchas variables que fuimos solucionando sobre la marcha en función de las circunstancias.

Algunos profesores querían hacer la clase presencial en la Escola Sert aunque estaba cerrada por la Covid-19, y tuvimos que convencerles de que no era posible. Otros docentes no querían dar clase desde sus casas, y no porque no tuvieran la tecnología sino por no lo habían hecho nunca. En estos casos ganamos tiempo cambiando las fechas de las clases para ponerlas al final del curso. Así tuvimos más margen para hablar con ellos. Algunos esperan que la situación vuelva a ser como antes, pero las cosas no serán como antes. Finalmente todo el mundo se entusiasmó y conseguimos que todos los profesores hicieran clase en online antes de acabar el curso.

Salir de nuestra zona de confort significa un esfuerzo y también la posibilidad del fracaso. Por eso las personas no quieren cambiar. El miedo al fracaso o a equivocarse delante de todo el mundo era un tema muy presente entre los docentes.

¿Cómo intervenimos?

La propuesta de intervención contempló los siguientes pasos:

• Primero: hablar con los 400 docentes para convencer que haríamos todo online (la formación presencial no era posible). No había plan B.
• Segundo: hablar con los alumnos y explicarles que los contenidos y conocimientos se podían hacer igual a través del canal online.
• Tercero: asegurar que todos los equipos y sistemas informáticos-audiovisuales funcionaran adecuadamente.

Los primeros quince días pienso que no los olvidaremos nunca. Nervios, tensión, e incertidumbre se mezclaron con ganas, ilusión y profesionalidad. En dos semanas hicimos una prueba de estrés de la plataforma audiovisual para gestionar el aula virtual de los cursos. La misma plataforma nos reconoció que actualizaron y renovaron los servidores para poder dar servicio al crecimiento exponencial de la demanda de tráfico de datos durante los treinta primeros días de confinamiento. La tecnología es muy buena cuando todo va bien, pero en la formación online no se aceptan errores como un mal audio o un mal visionado de cámara. Los alumnos son más tolerantes con la formación presencial que con la online.

Tras los primeros quince días con un descubrimiento de las nuevas tecnologías, la incertidumbre del del principio se transformó al cabo de 30 días en la “nueva rutina tecnológica”, y comenzaron con una cierta normalidad tras la Semana Santa. Incluso el número de alumnos matriculados de los nuevos cursos era superior en online a los que lo habían hecho el año anterior en modalidad presencial. Por tanto, una gran demanda de formación online se debió al hecho de que no había un plan B presencial. Después de Semana Santa comenzamos tres cursos llenos de alumnos.

Un éxito que sería impensable en presencial por el hecho que siempre hay un tiempo (entre dos o tres semanas) de vuelta de las vacaciones. Después de un mes, los más reticentes a hacer la formación online estaban encantados tras probarla. Ahora harán más clases. A veces, el desconocimiento provoca rechazo. No queremos aceptar un fracaso en un tema en el que no somos expertos. Mucha gente no se cambia el móvil para no aprender cómo funciona un nuevo modelo. No lo hacemos hasta que se estropea y no hay más remedio. Con este aprendizaje estamos saliendo de la zona de confort.

Una nueva metodología

Por lo tanto, comenzamos a pensar en el online como modelo de formación. Los cursos de verano, que habitualmente se hacen en junio, los adelantamos a los meses de abril y mayo con gran éxito; gracias al hecho de que había una gran demanda de formación. Las cosas no son ni buenas ni malas, son como son y tenemos que coger la parte positiva para sacar una buena lectura de la nueva situación.

Hay docentes de la Escola Sert que dan clases en otros centros educativos o en universidades, y nos aportaron su experiencia de cómo mejorar con las nuevas plataformas, los nuevos formatos de clase… Por lo tanto, tenemos una mejora continua por la información cruzada y transversal de directores y docentes. Prueba y error en una situación sin precedentes.

Hubo una selección natural de programas, sistemas y plataformas que hubiera tardado tres años, y que se hizo en tres meses. Los servidores de Microsoft, Apple, Adobe Connect se ampliaron por el tráfico de datos. También aparecieron como opción Zoom, Hangout, Teams. Por ejempl, Zoom se actualizó cuatro veces en tres meses. Todo el mundo se puso las pilas para no quedarse atrás. Mejora continua de todos los actores.

La Escola Sert probó diferentes plataformas y sistemas audiovisuales. El más importante era tener un buen servicio para el alumno con la máxima calidad de imagen y sonido para transmitir los conocimientos de la mejor manera posible. Hubo una carrera muy sana para optimizar y llegar a la excelencia en el servicio de formación que provocó que cada uno de nosotros diera lo mejor.

Algunos directores de cursos nos comentaron que querían esperar a septiembre para hacer el curso presencial y desde Escola Sert les decíamos que no era una buena decisión esperar hasta entonces porque no sabíamos que pasaría en unos meses. En septiembre nos encontramos con una situación similar a la de abril. Por lo tanto, no dejes para mañana lo que puedas hacer hoy. Convencimos para impartir los cursos en junio y fue un éxito.

Recomendaciones para hacer clases online

Los cursos no se podían hacer con el mismo formato que la formación presencial e hicimos los siguientes cambios:

1. Las clases no deberían durar más de 2 horas por poniente.
2. Las clases de 2 horas se realizarán por bloques de 20 o 30 minutos máximos.
3. Invitar durante la ponencia de 2 horas otro ponente durante 10 o 15 minutos para dar una visión más transversal y dinámica de la clase. Hacer preguntas cada 15 minutos de forma aleatoria a los alumnos sobre el tema que se da en clase.
4. Invitar durante la ponencia de 2 horas otro ponente durante 10 o 15 minutos para dar una visión más transversal y dinámica de la clase
5. Podemos tener en un momento puntual los 10 ó 20 docentes a la vez conectados para comentar un tema en concreto, que en formación presencial, y por agenda sería imposible
6. La formación a distancia no es grabar o filmar una ponencia presencial.
7. También son importante las pausas, entre clases, podemos hacer una pausa para tomar un café y volver al cabo de 5 o 10 minutos.
8. La cámara, si es posible, siempre operativa para poder asegurar que está conectado el alumno.
9. Los alumnos son más interactivos en línea que en una formación presencial debido a que no impresiona tanto el hablar en clase en formato online.
10. Al principio todo el mundo tenía los micros abiertos y era molesto tanto ruido de fondo. Después mejoró con el hábito de estas conferencias digitales.
11. Si un alumno quiere comentar o preguntar, pide la palabra de forma telemática con el ratón y entonces se abre su micro para poder hablar.
12. El chat es una herramienta muy útil para aportar sin molestar a la clase.
13. Es muy importante un buen micrófono para poder dar una buena señal de audio.
14. Un tema muy interesante es la puntualidad.
15. Aunque el streaming era una opción antes del Covidien 19, ahora es una realidad.
16. En el futuro más próximo de lo que pensamos las escuelas de formación tendrán un estudio de grabación de contenidos profesionales.

Sesiones Sert: un ejemplo práctico de cómo cambiar la formación continua

Escola Sert organiza unas jornadas gratuitas de formación continua de dos horas sobre temas de interés para actualizar a los arquitectos colegiados. Reciben el nombre de Sesiones Sert. Habitualmente tenían entre 30 y 50 asistentes en formato presencial. En el momento que pasaron a formato online por la Covid-19 aumentaron a 150-250 participantes.

En tres meses hemos tenido casi 3.000 asistentes o conectados a los contenidos de la Escola Sert. La formación online ha facilitado y reducido la distancia respecto al territorio. En el curso 2020-2021 aprovechamos esta buena experiencia para optimizar los medios y reducir costes. Con la modalidad de las Sesiones Sert haremos 30 jornadas por cada demarcación y, además, tendremos cuatro presenciales específicas, si se pueden hacer.

Hemos hecho de la adversidad una oportunidad de mejora en la formación gratuita de los colegiados. Es decir, hemos triplicado la oferta formativa para cada demarcación, reduciendo un tercio de los costes, por el hecho de la buena acogida que ha tenido el formato online. Estás en casa y te conectas solo el tiempo necesario, y puedes ver la jornada las veces que quieras gracias al hecho de que está grabada.

Conclusiones

¿Qué haremos en 2021? No lo sabemos. Lo único que sabemos es que haremos formación, no podemos asegurar en qué formato. A veces, no podemos planificar todo el detalle y hemos de tener variables como opciones que no harán mejores en el futuro. Los planes rígidos ahora no son posibles. Flexibilidad, Profesionalidad y Compromiso son los tres valores fundamentales de las personas para el futuro 2021.

Presenciales VS online. ¿Por qué tenemos que escoger? Cojamos lo mejor de cada uno y pongámonos a trabajar. ¿Por qué perder opciones? Sumémoslas para encontrar nuevos formatos para transmitir conocimientos. Mente abierta. Abrir y salir de nuestra zona de confort.

Las personas. Recordamos que lo más importante son las personas. La tecnología es una herramienta que ayuda, pero no es el objetivo. No esperes a que el mundo cambie. Cambia tú para poder cambiar el mundo. Esto solo lo podemos hacer las personas con una actitud positiva ante una situación con un final incierto. No tenemos que esperar a ver qué nos traerá el futuro. Las personas debemos fabricar el futuro.

Piña. Hacer piña entre los alumnos, delegados, docentes, directores y equipos de la Escola Sert. Dar lo mejor de cada uno porque no había plan B. Tener un objetivo común para unirse a las personas y dar lo mejor de cada una. También una satisfacción personal de los docentes más analógicos que después de la experiencia digital querían repetir.

Selección natural. En estas situaciones la adaptación los cambios digitales que se aceleran en tres meses lo que nos hubiera costado hacer tres años. Selección natural de plataformas, aplicaciones que algunas se quedarán y otras desaparecerán. Ha sido una prueba de estrés para muchas marcas que se han actualizado cada mes para adaptarse. Otras no lo han hecho y el invierno ha sido muy largo para ellos.

Ante este tipo de circunstancias que no dependen de nosotros, nos produce una cierta incertidumbre qué pasará. No lo sabemos, pero tampoco lo sabe el resto de gente. Sí que podemos escoger nuestra actitud de cómo afrontar la complicada situación de la pandemia. Escola Sert ha escogido hacer formación. Desconocemos si la haremos presencial, híbrida o online, pero haremos formación. Hemos escogido continuar con los directores, docentes, delegados y alumnos haciendo formación para dar un servicio y un valor añadido. Por lo tanto, seguimos.

Acabaremos con un poema de Benjamin Prados (19 días y 500 noches) que sería un buen resumen de la situación de la Covid-19.

Todo da una de cal y otra de arena,
Todas las caras tienen su cara y su cruz,
Todos somos un pájaro que vuela,
A la vez, hacia el norte y hacia el sur.

Todo lo que se vuelve a contar ya es otra historia,
Todo lo que se rompe, inventa su enemigo,
Y la misma canción, al cambiar de persona,
No dice lo de siempre cuando dice lo mismo.

Este artículo es un agradecimiento por su implicación, apoyo y profesionalidad a todos los directores, docentes, delegados y alumnos, como también a Aitana Arroyo, Atzara Toribio, Neus Bazaga, Lucia Salcedo, Roman Baqués y Sara Hurtado como equipo de la Escola Sert, Sandra Bestraten, presidenta de la Demarcación de Barcelona y Sonia Oliveras como Directora General del COAC.

Alberto López Crespo 
Coordinador de la Escola Sert