“La razón de ser del arquitecto es hacer que el mundo sea más habitable”
El arquitecto francés Frédéric Druot se presenta como un férreo defensor de la transformación frente a la demolición, de ponerse en la piel del usuario y del derecho universal a habitar viviendas generosas, luminosas y eficientes, especialmente aquellas del parque público. Y lo hace sin filtros.
Frédéric Druot (Burdeos, 1958) se licenció en arquitectura por la Escuela de Arquitectura de Burdeos en 1984. Tres años después fundó el estudio de arquitectura Espinard Bleu y, en 1991, Frédéric Druot Architecture.
El eje de su trabajo se centra en 3 cuestiones:
- El desarrollo de actividades de investigación y de la alteración del contexto
- La escala y la economía en proyectos de nueva planta
- La transformación de preexistencias
En esta entrevista reflexiona sobre su trabajo y el papel de la arquitectura en la sociedad. Y lo hace con claridad y sin filtros.
P: Usted ha trabajado junto a Lacaton & Vassal (Anne Lacaton y Jean Philippe Vassal) en varios proyectos galardonados y, tal vez más significativamente, en 2006 publicaron un manifiesto sobre el valor de la renovación frente a la demolición. ¿Por qué es necesario poner en valor la rehabilitación?
Frédéric Druot (F.D.): Pensar en la transformación de lo existente, de los territorios habitados y de los materiales arquitectónicos y urbanos es algo que comparto con Anne y Jean Philippe desde 1995. La vivienda está en el centro de nuestro pensamiento porque es parte esencial de la habitabilidad del mundo.
No demoler nunca es una obviedad, un punto de vista indispensable para prestar atención a lo que ya existe. En este sentido, la Tabula Rasa es un acto de puro salvajismo, una ofensa a la ecología, a las personas y a la naturaleza, y una respuesta contraintuitiva a la cuestión de la economía.
El libro Plus, publicado por la Editorial GG en 2006, ofrece una alternativa radical a la demolición y propone la transformación y actualización, caso por caso, de todas las situaciones edificadas existentes. Todo lo construido representa una situación susceptible de ser transformada, capaz de evolucionar.
La cuestión de la calidad de la vivienda era el elemento central de los objetivos de este estudio. La economía era el vector. Hacer más con menos.
"Todo lo construido representa una situación susceptible de ser transformada, capaz de evolucionar". (Frédéric Druot)
"Demoler puede ser una ofensa a la ecología, a las personas y a la naturaleza"
P: ¿En este escenario, cuál debería ser el papel del arquitecto?
F.D.: El papel del arquitecto consiste en estar siempre alerta, como un animal salvaje, con los ojos abiertos y el oído atento a los sonidos más insignificantes del mundo. Crear un punto de vista es un requisito previo para cualquier diseño.
La razón de ser del arquitecto es hacer que el mundo sea más habitable. Se trata de una tarea insignificante frente a los problemas del planeta, pero esencial para su uso. Pensar en una arquitectura lo más cercana posible a las personas y a sus necesidades significa darles más facilidades, más servicios, más placer y más alegría de vivir.
Es un trabajo de precisión y atención que se basa en el conocimiento de lo que ya existe, de lo que funciona bien y de lo que hay que adaptar, modificar o mejorar para responder mejor a las necesidades de la vivienda contemporánea.
Interior de una de las viviendas del Grand Parc de Burdeos. (Frédéric Druot)
P: ¿Por qué, a menudo, se opta por demoler? ¿Prevalecen los intereses económicos sobre los valores sociales y medioambientales?
F.D.: "Se trata de no demoler nunca", es la frase inicial del libro Plus y una sentencia que nos obliga a prestar atención a todo.
En 2003, acogimos con satisfacción la creación de la ANRU (Agencia Nacional para la Renovación Urbana), ya que parecía, por fin, una buena solución a la crisis de la vivienda que estábamos experimentando en Francia.
Desgraciadamente, la creación de esta estructura nacional condujo muy pronto a la demolición masiva de grandes urbanizaciones construidas durante la posguerra. Dada la capacidad de estos edificios, el nivel de confort que han proporcionado a millones de personas, a menudo en condiciones de vida muy precarias, y el patrimonio social que han representado sus ocupantes durante casi 60 años, era importante oponerse a esta estrategia de política urbana.
¿Qué pensar de esta demencial política de demoliciones cuando en Francia hay un déficit de entre 800.000 y 1.000.000 de viviendas?
Edificio la Tour Bois le Prêtre de París. (Frédéric Druot)
P: ¿Cuál fue su respuesta?
F.D.: El proyecto de transformación de las 100 viviendas de la Tour Bois le Prêtre de París en 2011 y de las 530 viviendas de los tres edificios del Grand Parc de Burdeos en 2018 fueron nuestras respuestas arquitectónicas, sociales, económicas y políticas a la cuestión de la vivienda.
Las viviendas son más grandes, más generosas, más luminosas, más fluidas, más eficientes energéticamente y más acogedoras. Los ahorros generados por el proceso de reconversión son de un 62% comparados con los que se habrían obtenido demoliendo y reconstruyendo.
En ambos proyectos, ninguno de los residentes fue desplazado, y tampoco se incrementó el alquiler.
"Diseñar la arquitectura desde dentro hacia fuera, poniéndose en la piel de las personas que la habitan, es la forma más sencilla y eficaz de alcanzar los objetivos"
P: Su trabajo es elogiado, entre otras cosas, porque no sólo actualiza varios aspectos del edificio por encima de los mínimos normativos, sino que, como acaba de comentar, los inquilinos continúan viviendo en sus casas y no sufren un incremento del alquiler. ¿Es más complejo trabajar así?
F.D.: No es un trabajo difícil, sólo requiere de atención, compromiso y precisión. Invertir los códigos habituales del diseño arquitectónico para centrarse en las capacidades interiores antes que fijarse en la imagen arquitectónica de los edificios.
Diseñar la arquitectura desde dentro hacia fuera, poniéndose en la piel de las personas que la habitan, es la forma más sencilla y eficaz de alcanzar los objetivos. Significa aceptar la diversidad de culturas, credos, habilidades sociales, recursos económicos y estilos de vida, al tiempo que se piensa en cómo ampliarlos y mejorarlos. Más luz, más fluidez, más instalaciones, más espacio, menos consumo energético: estos son los paradigmas que tenemos en cuenta a la hora de diseñar la calidad de los espacios vitales.
Esto no significa negar la unidad arquitectónica de un edificio o la calidad de una fachada. Al contrario, confiere a los edificios un carácter "amable". Desde la ciudad, desde el exterior de las viviendas, es fácil ver si un edificio es atractivo o no, si ofrece a sus ocupantes las facilidades y el placer que necesitan para utilizarlo, o si es restrictivo y reductor del placer.
Está bastante claro que un edificio dotado con grandes balcones ocupados por plantas, personas y muebles crea una interfaz más porosa, más humana, más atractiva y más alegre entre los espacios privados y públicos. La forma arquitectónica es, por tanto, el resultado de lo que ocurre en el interior.
La apuesta de Druot: más luz, más fluidez, más instalaciones, más espacio, menos consumo energético. (Frédéric Druot)
P: La gestión de la vivienda pública varía de un país a otro. ¿Es la legislación local más decisiva que la arquitectura a la hora de enfocar la rehabilitación y las intervenciones?
F.D.: Por desgracia, las ciudades se apresuran más en luchar por los Juegos Olímpicos que en abordar la cuestión de la vivienda, su calidad y accesibilidad.
P: En su opinión, ¿hay algún país o ciudad que tenga el enfoque correcto, desde el punto de vista jurídico?
F.D.: No conozco ninguno en particular. Desde hace mucho tiempo, la ciudad de Rennes es para nosotros una referencia en materia de desarrollo urbano. En Rennes no hay suburbios, sino una expansión de la ciudad que mezcla simultáneamente viviendas, transportes, actividades, servicios y equipamientos a medida que crece. Es interesante observar que la ciudad ha demolido muy pocos edificios de viviendas, a diferencia de otras grandes ciudades de Francia.
Uno de los de los tres edificios del Grand Parc de Burdeos. (Frédéric Druot)
"Los lugares no nos son indiferentes: lo que tienen en común y lo que nos inspiran nos permite experimentar algo distinto de nosotros mismos."
P: ¿Siguen teniendo las viviendas sociales un cierto estigma en cuanto a calidad arquitectónica y nivel de vida?
F.D.: Michel Foucault escribió en 1967: "Estamos en la era de lo simultáneo, estamos en la era de la yuxtaposición, en la era de lo cercano y lo lejano, de lo uno al lado del otro, de lo disperso...".
Los lugares no nos son indiferentes: lo que tienen en común y lo que nos inspiran nos permite experimentar algo distinto de nosotros mismos. El concepto de heterotopía, propuesto por Foucault, ha contribuido a pensar el papel educativo de otros espacios, tanto en una dimensión individual como colectiva, a través de lo que suscitan en términos de apropiación, aprendizaje, emancipación, impugnación e invención en su relación con las convenciones y los códigos de las instituciones.
Foucault precisa su neologismo: ciertos espacios "tienen la curiosa propiedad de estar en relación con todos los demás lugares, pero de tal manera que suspenden, neutralizan o invierten todas las relaciones que son designadas, reflejadas o reflejadas por ellos", y que aunque estén "en relación con todos los demás", "contradicen sin embargo a todos los demás lugares".
En este sentido, las "ampliaciones mediante adiciones yuxtapuestas de jardines de invierno y balcones" que estamos añadiendo a los bloques de pisos existentes pueden considerarse heterotopías, por su carácter completamente distinto de los espacios de vivienda tradicionales a los que se asocian.
Desde un punto de vista filosófico, podríamos decir que son a la vez iniciáticas, transgresoras y en todos los casos estimulantes.
"Un edificio dotado con grandes balcones ocupados por plantas, personas y muebles crea una interfaz más porosa, más humana, más atractiva". (Frédéric Druot)
P: Aunque la mayor parte de su trabajo se desarrolla en Francia, sus conceptos se han presentado en países como Chile y Brasil. ¿Ha dado lugar a proyectos concretos en el extranjero?
F.D.: Hemos creado dos plataformas de investigación en Sao Paulo y Santiago de Chile sobre la vivienda y la ciudad. Los contextos brasileño y chileno son diferentes. Nuestras ideas se están incorporando a las escuelas de arquitectura y es fantástico ver cómo una nueva generación de arquitectos adopta las ideas que hemos estado desarrollando con Anne y Jean Philipe durante más de 25 años.
P: Usted tiene vínculos con Catalunya a través de Incasòl. ¿Cómo trabajan con este organismo público? ¿Podemos ver ya resultados en términos arquitectónicos y urbanos?
F.D.: No hay vínculos reales, sólo mucha atención y respeto por el trabajo de Incasòl. Su enfoque es esencial y muy motivador. Seguimos abiertos a una mayor colaboración.
Lucía Burbano
Redacción Escola Sert