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Ciudad proactiva, la alternativa a la smart city

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Los nuevos modelos de urbanismo reclaman decisiones multidisciplinares y plurales que escapan del encasillamiento de los datos y de la tecnología. Sandra Bestraten, presidenta de la demarcación de Barcelona del COAC, moderó una mesa redonda en el marco de la Smart City Week en la que el panel propuso una actualización del concepto de ciudades inteligentes por ciudades sensatas y la contribución de los profesionales de la arquitectura en dichas iniciativas.

 

La primera edición de la convocatoria de proyectos de innovación urbana, la Ciutat Proactiva, dio origen al debate ‘Ciutat proactiva: la innovació al servei de l’arquitectura’, organizada por el Col·legi d’Arquitectes de Catalunya (COAC) y la Fundación Bit Habitat del Ajuntament de Barcelona y que contó con la participación de varios evaluadores de las propuestas presentadas: Maria Pia Fontana, arquitecta y codirectora del curso Smart territorios: Proyectos urbanos, ciudades y nuevas tecnologías, el economista y director de Placemaking Europe Ramon Marrades y el arquitecto y subdirector del departamento de urbanismo de ETSAB UPC Carles Crosas.

 

La vigencia de la ‘ciudad inteligente’ se pone en duda frente al valor de la ‘ciudad proactiva’ que propone Barcelona

¿Hay que repensar el concepto de ciudad inteligente?

Esta fue la primera cuestión planteada por Bestraten, un concepto “obsoleto” si lo relacionamos solo con el prisma tecnológico, según acordaron todos los integrantes del debate.

Smart city es un concepto denostado por la mayoría de arquitectos porque es un concepto secuestrado. Me interesa más la innovación porque además de tecnología incluye una dimensión creativa”, argumenta Carles Crosas. El arquitecto considera que es innovador lanzar una convocatoria sobre ciudad y calidad de vida que mida el impacto de las propuestas a corto plazo y que incluya actores de la sociedad civil, ya que no suelen intervenir en estas cuestiones.

Ramon Marrades argumentó que la definición de smart city debe incluir matices más humanistas. En referencia a la convocatoria de ayudas de Ciudad Proactiva destacó ciertos elementos que han favorecido una participación muy alta de proyectos: la burocracia sencilla del formulario que ha abierto la creatividad, entendida como la accesibilidad universal en los procesos relacionados con la ciudad; la innovación arrelada al territorio que responda a la realidad; y el equilibrio entre concreción y especificación o establecer unos límites que no sean ni demasiado amplios ni demasiado específicos para permitir la  innovación.

Maria Pia Fontana habló de “sensatez”, una definición opuesta al concepto smart entendido, simplemente, como la gestión de datos y aplicar un conjunto de tecnologías. La arquitecta argumenta que hay que ampliar este concepto hacia cuestiones más vinculadas a la sociedad, a hacer “más con menos” y a tener un amplio conocimiento sobre lo existente para poder intervenir en él.

 

El papel de los arquitectos en la ciudad proactiva

Para Fontana, la pandemia de la Covid-19 ha cuestionado la forma en la que habitamos los espacios públicos y privados. En este escenario, los arquitectos deberían ser los garantes de la habitabilidad. “La crisis ha puesto en evidencia cuestiones que ya sabíamos y que han aflorado de manera muy dramática. Una convocatoria como la de Ciutat Proactiva es muy tranquilizadora para transmitir a los arquitectos que su figura puede ser muy amplia y con muchísimas facetas”, explica.

La académica y arquitecta introduce la idea de Care City, cuidar de la ciudad para que ella cuide de nosotros, y que incluye conceptos más transversales como la biodiversidad, proximidad y localidad. “Hay que evitar querer cambiarlo todo. Tenemos que ser modestos y sensatos, creativos y éticos, no épicos”, afirma citando a Denise Scott Brown.

Smart City Week cartel

Cartel de la presente edición de la Smart City Week

La reflexión de Carles Crosas invita a revisar el papel de los arquitectos, a reconocerse en ellos mismos, un proceso iniciado por el COAC y las escuelas de arquitectura. “En una convocatoria como esta, el arquitecto se ha situado al lado de los equipos pluridisciplinares y entidades. Todos los papeles son importantes. En las propuestas revisadas, he identificado al arquitecto artista, al diseñador, constructor, mediador o el contemporáneo, entendido no como el productor del espacio sino que el espacio es una discusión de la coproducción, como parte del urbanismo”, comparte.

Marrades, por su parte, cree que la convocatoria es una buena muestra del abanico de espacios donde el arquitecto aporta valor. “Retomando el enfoque sobre la ciudad inteligente, me gustaría introducir el concepto de las tres D; datos, demandas y deseos. Los datos hay que optimizarlos para conseguir unas demandas pero también para cosas más bonitas como el deseo de vivir juntos o la belleza, que son cuestiones a las que los arquitectos aportáis mucho”, afirma.

"Una convocatoria como la de Ciutat Proactiva es muy tranquilizadora para transmitir a los arquitectos que su figura puede ser muy amplia y con muchísimas facetas” — Pía Fontana

Una convocatoria plural

Tal y como destacó Bestraten en la apertura del debate, la convocatoria organizada por Bit Habitat recibió más de doscientas propuestas motivadas por las siguientes premisas: impulsar la economía local, despertar la innovación y creatividad de la sociedad en general, fomentar proyectos que den respuesta a los desafíos urbanos planteados y que tengan un impacto real, a corto plazo, sobre la calidad de vida de las personas.

Isabella Longo, directora de proyectos de BIT Habitat, puso en valor el papel de la comunidad y la pluralidad de sectores involucrados y anunció que la convocatoria se repetirá el año que viene. “Esta edición ha servido de piloto para iniciar una serie de transformaciones enfocadas a mejorar la calidad de vida de los ciudadanos”, asegura.

Los dos retos planteados; la mejora de la sostenibilidad y la resiliencia urbana y el impulso de la economía local, han sido abordados por los siete proyectos ganadores  procedentes de la sociedad civil, asociaciones de vecinos, fundaciones o universidades, con una presencia importante de  arquitectos como un indicador, en palabras de Bestraten, de la cohesión social existente y “que era importante poner en valor”.

La Universitat Politècnica de Catalunya (UPC) fue premiada por su iniciativa de mejorar la calidad de los hogares de las comunidades que viven en el Raval, trabajando conjuntamente con los vecinos. El Gremi Fusta i Moble ha diseñado Mòdul Habitat Barcelona (MHBCN), una estructura de madera kilómetro cero que incorpora los elementos necesarios para construir una vivienda digna y de calidad.

La reflexión final, a cargo de Bestraten, subraya el acierto de la definición de la convocatoria, por su implicación inclusiva y plural y porque el éxito de convocatoria significa que el conjunto de la sociedad se ha sentido llamada a participar. Desde el COAC nos hemos puesto a disposición de la Fundació BIT Habitat para las futuras ediciones de la convocatoria de Ciudad Proactiva.

Este post forma parte de la compilación de artículos del libro Crónicas del desconfinamiento: Mujeres y arquitectura. Si lo quieres descargar, aquí te explicamos cómo hacerlo.

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